Capítulo 29

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Paseaban por el parque los cinco, cada uno con su helado y ninguno del mismo sabor. Los niños iban delante con urgencia por llegar a la zona de juegos, Cristina aferrada con fuerza a la mano de Victoriano.


A: ¡Mamá, mira! Han puesto un tobogán nuevo.

C: Sí, es cierto. Hacia tanto que no veníamos...


Los tres corrieron hasta la zona de juegos emocionados por probar el nuevo tobogán que habían instalado.


Victoriano la abrazó por la cintura y la pegó a su cuerpo llevando la boca a su oído.


V: ¿Y nosotros que hacemos mientras esos tres se divierten?


Le besó el cuello y repartió varios besos por la zona llegando hasta la altura de la oreja, ella se removió y rio un poco.


C: Pues comportarnos que estamos en un parque infantil.

V: Están prohibidos los arrumacos.

C: Depende.

V: Me gustó mucho el beso que me diste en el auto.


De pronto sintió como Cristina se tensaba en sus brazos. La morena divisó una figura a lo lejos que le resultó conocida, eso o la mente le estaba jugando una mala pasada otra vez.


V: ¿Qué pasa?

C: ¿Aquel es Esteban?


Victoriano rápidamente miró en la dirección que la mujer le mostraba.


V: No mi amor, no es.

C: ¿Seguro?

V: Seguro mi amor. Además aunque fuera él yo no te voy a soltar, estás conmigo.


No convencida del todo Cristina confió en Victoriano y se sentaron en un banco desde donde podían ver perfectamente a las niñas y Manuel jugar, se reían y se divertían jugando por el parque.


V: Se la están pasando bien.

C: Si, eso me hace sentir feliz.

V: Y a mi me hace feliz verte sonreír, estar aquí contigo...


Cristina sonrió y le regaló un beso corto en los labios, Victoriano cerró los ojos y disfrutó del leve contacto.


V: ... que me beses


Sonrió sobre los labios femeninos y ella le acarició la mejilla para regalarle otro beso, esta vez un poco más largo.


De pronto Samy apareció corriendo.


S: Papá ¿me columpias?

V: Mi vida, mejor jugar en el tobogán ¿si?. Otro día nos columpiamos.

S: Pero papá yo quiero columpiarme.

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