• Una Jugada Sucia • | Drarry

ll (9¾)

El trío de oro ya se hallaban en el tren de la plataforma 9¾, en uno de los vagones, Ron y Herms sentados juntos, en uno de los asientos y en el asiento del frente de estos estaban Harry y Ginny. Mientras el trío de oro iban platicando, de la propuesta de Herms Ginny estaba comprando algunos dulces a la señora que justo pasaba por allí.

-Bien pero prometan, que dejarán las peleas y se concentraran en sus estudios - dijo Herms, con tono tranquilo, mientras Ginny volvía a sentarse junto a Harry.

-Te prometemos que este año, no tendremos ninguna pelea, verdad Harry? - dijo Ron, mirando a este último, pero este no había prestado atención a lo último que los chicos dijeron, estaba metido en sus pensamientos, en un lago mental - Harry! - grito el pelirojo al ver que no le respondían

- ehh que? - pregunto con confusión, saliendo de su lago mental

- de encerio Harry?, estás bien? últimamente has estado muy pensativo, incluso en casa... - replicó Ron con un tono de preocupación.

Si, Harry estaba pensativo, no podía dejar de pensar en Sirius...
Y como si fuera poco Ron sabía que el había estado así desde antes, ya que Harry había decidido quedarse con Ron, y apoyarse mutuamente para superar lo que había pasado. Es decir sus pérdidas además de que Harry no quería ni volver a pisar la casa de los Dursley, sabía que lo trataría mal...de nuevo, igual que antes, antes de que conociera a Sirius.

- si, chicos tranquilos, solo pensaba... Ya saben en lo que pasó con Sirius... - Herms se levantó y le dió un abrazo.

-Harry en serio lo sentimos muchísimo, sabemos que no es fácil pero de encerio, puedes hablarlo con nosotros - dijo la castaña con un tono tranquilizador y volvió a su asiento.

- si está bien, no tienen que preocuparse - dijo el azabache, con una sonrisa en su rostro para tranquilizar a sus amigos

Luego de eso, decidieron dejar el tema ahí, Herms y Ron sabían lo que le dolía a Harry la perdida de Sirius, y decidieron hablar de eso más tarde en un lugar más privado, que en un vagón dónde cualquiera puede escuchar.

Pero con lo que no contaron es que en ese momento dónde hablaron de Sirius, alguien los estaba escuchando, era cierto rubio, que salió de allí, y se dirigió a su vagón para no ser descubierto.

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Luego de un largo viaje en tren, llegaron a Hogwarts, al conocer el camino se dirigieron al comedor y se sentaron en la mesa de Gryffindor, luego de que el sombrero seleccionador les otorgara una casa a los de primero, Minerva dió la orden de que podían comenzar con la cena, no sin antes advertir; que nadie podría entrar al "Bosque Prohibido" y avisando lo siguiente;

- [...] Y como última cosa, quería comunicarles e informarles, que en una u dos semanas, habrá un partido de Quidditch, ahora sí podemos comenzar con la cena, gracias por su atención alumnos.

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Los chicos comieron, sin darse cuenta, o talvez alguien si, de que alguien los observaba, era el rubio; Draco, miraba al azabache, este parecía feliz pero él podía ver algo más en los ojos verdes de Harry. Que nadie más podía ver o percibir, al parecer solo el podría notarlo; el azabache estaba triste, sus ojos ya no tenían ese brillo tan hermoso como antes, en cambio estaban opacados, como si en realidad nunca hubiese estado ese brillo, Draco se perdió tanto en los ojos de este y sus pensamientos, que no se dió cuenta de que su amiga; Pansy; una de las pocas que le quedaron, después de que obtuviera su marca tenebrosa, se quedó sin casi nadie, y si le quedaba solo ella era porque los demás se habían ido de ese colegio. Está lo estaba observando y pensando para sus adentros;