Capítulo 1

65 12 11
                                    

Antes de empezar:

Esta novela está participando en el ONC del 2024. 

El disparador que se usó para esta novela es el número 120

La primera vez que la vió a ella estaba en la primaria. Cassandra tenía un aura de: "aléjate de mí insecto" impresa en sus ojos azules. Era una chica menuda, frágil y delicada, pero lo compensaba con su terrible genio y su odio en contra del universo.

Era la primera vez que Lucca pisaba el salón de esa clase. Su padre hace poco cambió de trabajo, dejando la gran ciudad por un pequeño pueblo perdido al sur del país.

Lucca no sabía muy bien cómo debía sentirse en ese nuevo espacio. No sé consideraba amante de la ciudad... pero si había dejado algunos amigos. No tan cercanos, comprendió al instante, pero con quiénes compartió momentos importantes de la infancia.

Ahora con doce años se sentía demasiado inútil para hacer nuevos amigos. Con la desfachatez de la pubertad creía que no podría encontrar a nadie interesante en ese nuevo espacio y comenzaba a resignarse a pasar su tiempo en soledad callada, sin decirle a nadie porque su padre parecía feliz de abandonar la ciudad.

Llegó temprano al colegio porque su padre lo acompañó en auto. Él tan solo tenía palabras de elogios sobre la calidad del aire, el hecho de que todos usaban las luces direccionales y que nadie parecía molesto.

Dejó a Lucca, quién no dijo palabra durante el viaje, en la dirección del colegio, donde la secretaria lo llevó hasta su nuevo salón. Así que ahora acababa de llegar a ese pequeño espacio, hecho de madera, con las reglas de convivencia escritas con primorosa letra, nada de desorden visible, rodeado de niños que lo miraban con ojos curiosos.

Lucca no estaba acostumbrado a ser el centro de atención, porque en su colegio él era tan solo parte de la "normalidad". En cambio de acá que era la nueva novedad, él desconocía que sería lo más interesante durante todo un semestre, tan tranquila era la vida allá. La docente le hizo el gesto para que entrase al aula pero el chico tenía los pies clavados en el suelo.

Fue en ese momento cuando una chica de cabellos desordenados castaños, tomados en una coleta alta, el uniforme desarreglado, se paró de su puesto, con gestos de fastidio en su rostro pálido y lo arrastró hacia adentro.

—No es tan difícil —le comentó en voz baja —no tienes que presentarte sino quieres —.Después de eso le señaló un puesto vacío.

—Cassandra...—comenzó a hablar la docente —cuántas veces te he dicho que no intervengas sino es necesario.

—Él tenía miedo y usted no hizo nada —la chica le reclamó mirándola fijamente —la verdad es que su actitud es bastante deplorable.

La atención que recaía sobre Lucca automáticamente pasó a la rebelde niña. Quién parecía bastante cómoda con lo dicho, mirando a su alrededor con gesto de hastío. La docente la envió a dirección y ella caminó con los brazos cruzados detrás de su cabeza.

Después de aquel incidente la clase siguió con normalidad, cuando el timbre sonó la mayoría de los compañeros se acercaron a él, pero tan solo respondió con monosílabos, por lo cual la multitud se alejó pronto. El joven de cabellos castaños tuvo la mente en la misteriosa chica que lo ayudó. ¿Serían demasiado estrictos con ella? ¿Era común que tuviera ese tipo de comportamientos?

—Lucca acércate —le dijo la profesora cuando las clases terminaron.

—Dígame —le respondió educado.

—La chica que te "ayudó" —comentó haciendo las comillas en el aire —Cassandra no es una mala persona... pero te aconsejaría que mantuvieras tu distancia.

Cruzados #ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora