Capítulo 4

23 4 7
                                    

Todos los lugares me recuerdan a ti

Las canciones tristes se parecen a mí

Las personas decían que cuando se acercaban a Esteban podía oler el desastre emanando de su piel clara. Quizás fueran los piercing, el cabello con mechones rojos o el enigmático tatuaje de serpiente que reptaba por su cuello.

Pero eso no era lo que alejaba a la gente de él. Era su expresión callada, hermosa y terrible. Todo en él indicaba que terminarías con el corazón destruido.

Al menos eso pensaba Cassandra ahora mientras lo miraba de reojo en el descanso. Era el nuevo estudiante que llegaba al colegio desde Maria ¿Cuánto tiempo ha pasado? se pregunta.

Bastante tiempo para ser precisos. Sus amigos han sido novios dos largos años y desde ese día, la sonrisa constante de Lucca fue su mayor regalo para ella. Su mejor amigo parecía feliz con la mano de ella en la suya y eso era suficiente.

Lo era ¿verdad?

En cambio Esteban daba desplantes de su personalidad. Ese mismo día conocía a la misma profesora que le hacía clases a Cassandra.

—Joven... —la docente se aclaró la garganta para hablar —los... —no supo cómo decirle que no estaba permitido el uso de tatuajes y piercings.

—Por supuesto —sonrió Esteban —¿conoce usted el proyecto "no discriminación en el aula"? —le guiñó el ojo con picardía y la profesora se quedó muda de rabia.

Era la segunda persona que le hacía notar ese decreto dictado por el gobierno, la cual dictaba que no se podía suspender a alguien por su ropa, etnia, piercing o tatuajes. Cuando el director les contó de aquello ella no prestó atención, porque le parecía que su escuela estaba demasiada alejada de todo cómo para que alguien quisiera invocar esa ley absurda.

Pero claro ella tenía a Cassandra en sus filas. La cual, a las pocas semanas de dictada esa sentencia, apareció con un enorme tatuaje en su brazo. Un precioso dragón color amarillo, ojos desafiantes y fauces abiertas. Vale decir que nunca fue capaz de decirle nada a esa chiquilla porque comprendía que ella siempre estaba un paso más adelante.

Al parecer el recién llegado también se parecía mucho a ella en ese sentido.

—Siéntese —comentó resignada.

◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦

—¿Puedes creer lo sucedido el otro día? —unas amigas conversaban en voz alta en la cafetería. —se rumorea que Esteban anda rondando a otra.

Las chicas estallaron en carcajadas. Cassandra trataba de ignorarlas mientras esperaba su turno para retirar comida. Quedaban pocos días para que el año finalizara y el chico del tatuaje causó revuelo en el pequeño colegio.

Por su postura rebelde, las múltiples compañía (sobre todo femeninas) y su capacidad por tener una gran cantidad de chicas/chicos embobados por su sonrisa. Lo extraño, para las atentas cómo Cassandra, es que hace bastante rato se le ha visto solo.

El casino blanco, impoluto en sus paredes y suelos vió cómo Cassandra tomaba la charola de comida, aproximándose a un banco vacío para comenzar a comer. Lucca y María habían faltado, seguramente porque decidieron tener un día para ellos solos. Era un comportamiento común dentro de esos dos largos años de relación.

Sacó su celular para revisar sus mensajes. Ninguno de sus amigos le dijo algo confirmando las sospechas de ella. "Deben estar en la cama aún" pensó la chica de mirada oscura. Su carril de pensamiento fue interrumpido cuando un tal Max le comenzó a hablar por whatsapp.

Cruzados #ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora