Capitulo 5

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Esa misma noche, Brett llegó a su casa con miles de cosas en la mente.

Como siempre, veía por toda la casa en busca de vida, o sus padres en todo caso. Su hermano pasaba todo el día en la universidad y con su novia, mientras dejaba a Brett solo y con sus demonios en la cabeza. Aquellas voces que lo atormentaban solo a él.

Subió a su cuarto, donde sus únicos compañero eran Frank, su maquina de escribir, y Pat, su computadora. Porque aquellos dos amigos, solo leían lo que Brett escribía, pero jamás hablaban, jamás lo juzgaban.

Su pasión por escribir surgió de el deseo de poder ser escuchado, del deseo de poder decir algo sin inmutarse o contraerse por el profundo sentimiento de ser juzgado, porque, un niño, que era sordo y pequeño, no tenía oportunidad de pararse y decir lo que siente, jamás lo haría.

Prendió su computadora y empezó a escribir, empezó a dejar que todo fluyera, que dejaran de ser enjaulados y salieran libres todas las cosas que quería decir pero calló.

" Jamas pensé encontrar unos ojos como los que vi hoy, profundos como un mar de secretos, no te revelaban demasiado, lo único que podías saber es que estaba dolida, era fría por complexión y hermosa sin condición, sé que me estoy volviendo loco, en como la describo, como si toda mi vida la estuviera esperando, como si algo faltara y en ese momento lo encontrara. La forma en la que cayó sobre mí para salvarme de aquel carro, en la forma en la que su cabello fue hacía su cara pero sin dejar de mostrar el semblante frio.

Sé que no debería obsesionarme, sé que es muy loco pensar de ella de ese modo si pocas palabras le escribí."

Brett solía escribir poemas sobre todo, si no tenía nada de lo cual escribir empezaba a hacer historias con el cereal y la leche, era muy extraño pero para él, era su pasión era la forma en la que pasaba su tiempo sin pasar por alto la noción del tiempo.

Su madre entró a su cuarto y le tocó la espalda para llamar su atención, en señas le dijo:

"Mi amor ¿Quieres cenar?"

El sonrió y miró su escritorio.

"¿Puedo cenar aquí? Es que realmente estoy inspirado".

Su madre lo pensó y le dijo que sí, pero con la condición de que bajara sus platos y los lavara esa misma noche, el accedió y siguió escribiendo, perdido en los pensamientos que lo invadían como siempre.

Su familia lo había apoyado demasiado desde que se volvió sordo, aprendieron el lenguaje de las señas por él, y eso lo agradecía mas que nada en el mundo, en ocasiones quería recordar la voz de su madre de nuevo, que lo arrullara como cuando era un niño y le dijera que todo iba a estar bien, y escuchar la voz de su padre diciendo que esta orgulloso de el, pero tenía que vivir en su realidad, en que no volvería a escuchar jamás, que tendría que acostumbrarse a imaginar a aquellas voces que dejo de escuchar a los 6 años.

Recuerda como todos se alejaron, como todos lo hicieron a un lado, lo cerraron, lo aislaron. En como podía sentir burlas hacía el y las miradas penetrar lo mas recóndito de su ser, de su alma y dejar un hoyo visible por todas partes, mientras que el se sentía diferente, un fenómeno de la naturaleza.

Una vez cansado de pensar, se quitó sus pantalones y su camisa y se metió entre sus sabanas, ya cansado de todo. Dejo su teléfono a un lado y se sumió en un sueño profundo en el que no recordaría nada, hasta mañana.

Pronto se vio caminando por un muelle, con la brisa chocando con su cara, veía que el mar estaba tranquilo y se sintió en paz, miró más allá y vio a una chica con un vestido rosa, con el cabello cubriendo su cara, estaba recargada en uno de los barandales de madera y miraba tranquila todo.

Se miró a si mismo y notó que no usaba zapatos, que simplemente caminaba con una camisa azul claro en la que se veía su abdomen y unos pantalones color beige.

Se acercaba a ella y esperaba que fuera Verónica, quien lo esperaba, solo ella tenía ese hermoso cabello claro y que iluminaba su vida con el sol. Llegó y se puso en frente de ella, miró su rostro y vio a Verónica pero sin expresión alguna. Solo con una mirada penetrante al igual a la de aquellos niños que lo molestaban. De repente, el mar se empezó a agitar y el sintió una ráfaga de viento frío recorrer su espalda, miro el cielo y todo estaba negro, Verónica ya no estaba. El escenario cambio, ya no estaba en un muelle, ahora estaba en un salón y lo miraba desde un esquina. Los niños que se encontraban ahí, se volvieron y empezaron a señalarlo, viendo como todos se reían pero el no podía escuchar, sentía impotencia, sentía que era un pequeño punto, que cualquiera lo podía pisar sin ningún problema.

Despertó exaltado, miro a su alrededor y vio su cuarto, se tocó y vio que estaba en bóxers, que realmente no había visto a Verónica en el muelle, que todo fue un sueño. Se sentó en la orilla de su cama y se frotó los ojos y revolvió su cabello, miró a la ventana y estaba oscuro, se sentó en el sofá que estaba pegada a esta y empezó a admirar el cielo, eso siempre lo calmaba.

Tocó su pecho y este estaba acelerado, subía y bajaba con una rapidez impresionante. Pero se calmó un poco al decir en su mente "Todo esta bien, fue solo un sueño".

Hola amiguitos de la pradera, así los llamaré ahora. Quiero decir que enserio les agradezco que la estén leyendo, sinceramente me convencí tanto con la idea que quiero que tenga algo en ustedes, mi prima es sorda, tiene 22 años y es increíble, solo que yo no sé hablar en idioma de señas pero quiero aprender, pero este problema que tiene Brett es como algo típico de alguien sordo, así que pido que quienes se topen a alguien sordo no lo hagan pequeño con sus burlas, así que en parte es como para hacer sentir a los lectores que puede que sean diferentes pero que son increíbles. Una vez mas, sin ustedes esta historia estaría como muchas en wattpad sin conocerse pero pues quiero transmitir todo esto a ustedes, voten, comenten,  siganme y compartan esta historia, díganme si les esta gustando y si no, díganme que les gustaría pero no como queja. Adiós. 




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