☆ 05

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— Jisung — llamó y el contrario se movió un poco escondiendo su cabeza en su cuello.

— Min — susurró y dio un ronroneo. — Hueles muy bien — volvió a susurrar paseando su nariz por todo el cuello del mayor.

— No me marqués con tu aroma — dijo riendo suave al sentir lo que el menor intentaba hacer.

— ¿Vamos a ir a mi casa? — preguntó más despierto y sonrojado separándose y sentándose en la cama.

— Si, desayunamos, nos cambiamos y después nos vamos, volvemos y nos bañamos para después ir a la empresa — dijo mirando al menor y este asintió.

— ¿Tienes cereales? — preguntó.

— Creo que hay — dijo pensándolo pero se rindió al no recordar.

— Levántate, vamos, arriba — Minho no supo cuándo el menor se levantó e intentó sacarlo de la cama, cosa que fue inútil.

— Deja lavarme la cara — dijo levantándose y yendo al baño.

El menor lo siguió y después de que el mayor se lavara lo hizo él y luego bajaron juntos para desayunar.

— ¡Cereales! — festejó el menor cuando Minho sacó la caja de cereales de colores.

— ¿Los quieres con leche? — el menor asintió con una sonrisa mientras se sentaba en el mismo puesto del día anterior.

El desayuno fue tranquilo y entre risas, después cada uno se cambió y salieron rumbo al bosque el mayor siguiendo al menor. Minho aprovechó el momento donde el menor se distrajo para llamar al caballero del agua para que habilitara una de las llaves del segundo piso.

— ¿Nos podemos transformar? — preguntó el menor deteniéndose

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— ¿Nos podemos transformar? — preguntó el menor deteniéndose.

— No lo sé — lo meditó y el menor le puso carita de perrito abandonado con sus ojitos, bufó mientras apartaba la mirada. — No me pongas esa cara es muy linda, está bien.

— ¡SI! — Han corrió detrás de un árbol para desvestirse y transformarse, Minho hizo lo mismo desde su lugar.

Un lindo y pequeño lobo blanco con destellos dorados por la luz del sol salió con ropa perfectamente doblada en su hocico. Minho se le quedó mirando con su ropa igual en el hocico, él era un lobo grande y negro con mechones grises y blancos.

El lobo más pequeño comenzó a saltar a su alrededor feliz, parecía un pequeño cachorro jugando con un nuevo amigo.

Minho después de algunos minutos de ver cómo el menor corría y saltaba, tomó la ropa que el menor había dejado a su lado y con los dos cambios de ropa se acercó al omega quien daba vueltas en el pasto, le hizo una seña con la cabeza y el menor entendió que ya se había acabado el tiempo de jugar y tenían que ir a su casa.

El resto del camino el menor corría en dirección a su casa siendo perseguido por el alfa, saltaba, corría y daba vueltas de vez en cuando, ese fue el camino hasta que llegaron a una casa pequeña de madera café oscuro, el menor empujó la puerta sabiendo que esta había quedado abierta la última vez que habían salido, al entrar había un pasillo con tres puertas, el menor se dirigió a la puerta blanca y con ayuda del alfa la derribó para poder entrar. Esa casa no se volvería a usar, porque el menor se iría a vivir con Minho y tampoco es como que quiera volver después de lo sucedido con su mamá y papá.

El lobo se metió debajo de las sábanas y el pequeño bulto de transformó en otro al cual se le notaban más las orejas y su cola sobresalía de las sábanas moviéndose lento.

— Hyung deje la ropa y puede ir a vestirse al baño, es la puerta de enfrente. — habló y después de escuchar como la madera rechinaba y una puerta era abierta y cerrada salió vistiéndose rápido.

Tomó una maleta grande que guardaba y comenzó a meter toda su ropa y cosas que necesitaría para su cambio.

— Tienes muchas cosas — dijo el mayor haciendo a Jisung sobresaltar.

— Papá y mamá siempre que salían intentaban comprarme algo porque siempre se rompían o me iba quedando chica — explicó con una sonrisa nostálgica.

— La casa huele a frutas secas y tiene un leve aroma a chocolate amargo y madera — dijo por fin, apenas entró sintió esos aromas combinados con el dulce de galletas que tenía el menor. — ¿Son los aromas que tenían tus padres? — preguntó y el menor asintió.

— El de frutas secas era de mamá, siempre le gustó expandir su aroma, sobre todo para navidad, decía que se sentía más navideño todo — una lagrima rebelde bajo por su mejilla cayendo a la ropa que estaba doblando y guardando.

Lee vió eso y guardo lo último que había dejado sobre la cama del menor para después girarlo y levantar su vista para ver su carita, la cual estaba roja al igual que sus húmedos ojos por el silencioso llanto. Su corazón se partió en mil pedazos al ver la mueca que tenía el menor para evitar soltar un sollozo.

— Puedes llorar, eso te hace bien — dijo dándole una sonrisa y abrazarlo, sintió como el menor lo rodeaba con sus brazos y apretaba su polera en la parte de la espalda.

Largos minutos estuvieron en esa posición, el llanto del menor ya había parado y su olor ya no se sentía ácido como hace minutos.

— ¿Estás mejor? — preguntó sin separarse.

— Si, gracias — dijo el menor levantando su cabeza para mirarlo y darle una sonrisa.

— ¿Vas a llevarte algo más? — preguntó sabiendo que al menor no le hizo bien estar en esa casa.

— Quiero llevarme algo si es que me dejas... Es para la casa — dijo jugando con sus manos.

— Claro.

El menor salió del cuarto con una sonrisa y Minho sonrió, tomó la maleta y el pequeño bolso y salió tras el menor.

—¡Mira! — le mostró un florero muy lindo.

Era blanco con detalles dorados y café claro.

— Está muy lindo — dijo con una sonrisa.

— Mamá y papá lo hicieron cuando aún eran novios — dijo mirando el florero ya vacío y limpio.

— Llévalo — habló Lee y el menor asintió con ojos brillantes. Minho paseó la mirada por toda la casa, era algo moderna pero con un toque vintage y había un mueble donde un grande y grueso libro resaltaba.

— ¿Qué es eso? — preguntó apuntando el libro.

— ¡Oh! Eso es el álbum familiar — dejó el florero en la mesa y fue a buscar el libro limpiando con un paño para sacar el polvo. — Papá siempre dijo que teníamos que guardar cada recuerdo importante y no sólo en la mente, en fotografías, para después poder recordar mejor viendo la foto, prometí que cuando ellos murieran lo conservaría pero... No creí que fuera tan pronto — le sonrió con ojos brillantes y se acercó al alfa.

— Llévalo — dijo con una sonrisa.

— Ya nos podemos ir. — dijo el menor tomando el florero entre su brazo derecho y el álbum en su brazo izquierdo.

Volvieron a la mansión de Lee, se demoraron alrededor de 30 minutos, cuando llegaron el mayor le asignó la habitación de enfrente a la de él para que pudiera guardar todas sus pertenencias, se bañaron ahora cada uno en su cuarto y después salieron.

Minho vestía un pantalón de vestir negro y una camisa blanca dentro del pantalón y una corbata negra, por ultimo traía zapatillas negras. Jisung tenía un jeans apretado negro y una polera blanca, enzima tenía un chaleco blanco y unas zapatillas blancas era con lo que termina su outfit.

2/2
Mi teléfono está a punto de morir, subiré Love Gummy más tarde.

❝DESTINO❞ | 𝐌𝐢𝐧𝐒𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora