La locura del recuerdo.

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Elsa.

Matt y Dallas volvieron del baño, con nuestro amigo ya limpio e impecable. Dallas traía una sonrisa de punta a punta, me pregunto qué habrá pasado entre estos dos de nuevo.

-¿Por qué tardaron tanto?-Les preguntó Tiana sonriendo divertida, le dí un pequeño codazo y la miré con desaprobación-Cálmate, solo preguntaba.

Negué con la cabeza y me reí.

-¿Que hacen los tres todavía parados? ¡A trabajar! -Gritó Dallas sonriente.

-Alguien está mandona... -Sonrió burlón Matthew, causando que nuestra amiga se enojara-Será porque le vino... ¡Ay, mi cabezita!.

-Cabezota querrás decir, idiota-Lo reprimió Dallas poniendo ambas manos en su cintura sonriente.-Vamos, todos a trabajar antes de que los eche a patadas.

-Que dulce eres, Dally.

-Matthew, cállate.

Matt cerró pico y se puso a trabajar. Al igual que Tiana y yo. El día pasó tan rápido que ni siquiera me había percatado de la hora, cuando me quise dar cuenta ya tenía que volver a casa a preparar mi ensayo de la escuela. Antes del atardecer le pedí perdón a Dallas y ella diciéndome que le debía un favor, me dejo irme. Corrí literalmente, no iba a dejar caer mis notas por nada en el mundo, nunca jamás. Llegue a la puerta de mi casa, sabiendo que no habría nadie adentro, mi vista se fijo un segundo en la casa de al lado. Suspiré, y abrí la puerta para entrar en mi casa. Ojalá nunca lo hubiese conocido, para no haberme enamorado de él.

Tal vez fue por que lo deje solo mucho tiempo o simple estaba cariñoso, pero Snow no se separaba de mí. Mientras estaba frente a mi computador, mi mano pasaba por su suave y recién bañado pelaje. La mitad de la noche investigando sobre Leonardo da Vinci. La verdad no entendía porqué mi profesor de arte nos dio esta tarea en mi primer lugar, ni porqué quería una opinión personal del tema. Pero para ser sincera, Leonardo resultó ser un hombre más interesante del que imaginé.

"Le decían que estaba loco, cuando él en realidad sólo era un curioso." Escribí tecleado rápidamente con el ceño fruncido, concentrada. "Aunque claro, la curiosidad siempre lleva un poco de locura en sí. Él solo quería saber y descubrir, tuvo que pedirle a unos amigos que robaran un cadáver de la morgue para luego abrirlo y así saber qué había dentro del cuerpo humano (cosa que la iglesia negaba hacer por completo). Él tenía lo que todos tenemos dentro; curiosidad. No digo que todos seamos Jorge el curioso o que seamos el Gato curioso, no sé como explicarlo del todo bien, pero da Vinci fue el inicio de muchas cosas. Es difícil saber dónde estaría el mundo sin él."

Terminé el maldito reporte pensando en qué debería hacer ahora con mi vida, era tarde y debía de estar dormida a estas horas pero el sueño se fue volando de la nada. Snow se había quedado dormido en mi regazo, mi mano pasaba una y otra vez por su suave pelaje, todavía no podía creer que ya sería un año. Dios, tan solo parecen días extraviados. Me quedo mirando un punto fijo más allá de la pared (o del mundo) cuando comienzan a reproducirse vivamente los recuerdos en mi mente.

FLASHBACK

Jack y yo estábamos sentados sentados en el sofá, él tenía la cabeza recostada en mi regraso mientras que yo pasaba mi mano por su albino pero hermoso cabello. Ambos veíamos Alicia en el país de las Maravillas.

-¿Porqué Alicia se va de ahí? Si yo fuera ella me quedaría por siempre en ese lugar-Habló Jack girándose a mirarme, sonreí al mirarlo directamente a los ojos.

-Ella tiene que irse en el algún momento, Jack. Tiene cosas que resolver-Contestó esperando la pelea contra el monstruo aquel cuyo nombre no recuerdo muy bien.

Mi Vecino (Jelsa) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora