Gestión de territorio

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Cuatro sombras se deslizaban por las calles oscuras de Ciudad Pentagrama, vigilando y acechando, cada una lista y preparada para matar o demostrar actos de extrema violencia.

Cada una de las sombras se repartió su respectiva área de vigilancia, dirigiéndose a sus puntos fijados para encontrarse con los objetivos.

Deslizándose a través de las calles, moviéndose entre los edificios o sobre ellos a través de los callejones, cada una moviéndose a gran velocidad con la fluidez del agua, sin hacer ruido, solo dejando una estela de viento a su alrededor.

Uno de los primeros objetivos fue una banda de traficantes encargados de repartir drogas y prostitución en una pequeña área del territorio. Esta pandilla en concreto se había revelado para obtener ganancias sin pagar protección o pedir permiso.

La sombra se detuvo justo al lado de un edificio donde se encontraba la instalación del enemigo, observando desde lejos con visión aumentada. Se pudo ver las luces encendidas y justo parados al lado de una ventana, dos demonios cogiendo.

Los dos estaban en medio de un juego de sadomasoquismo con sus cabezas cubiertas por una tela de cuero y mordazas en las bocas, lo que les impedía ver u oír. Terminada la observación, la sombra se movió y con un impulso a través de las piernas llegó en un gran salto al techo de la instalación.

Luego, moviéndose a través de la pared, clavó sus garras para poder acercarse a la ventana, que estaba cerrada. Con una de sus garras, decidió crear una pequeña abertura al estilo del Gato con botas.

 Con una de sus garras, decidió crear una pequeña abertura al estilo del Gato con botas

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Lo cual fue extremadamente innecesario, sabiendo que puede teletransportarse a través de la electricidad. Pero, ¿ quién no quiere moverse en modo ninja por una ciudad oscura y atravesar ventanas con este estilo?

Con la abertura ya realizada del tamaño de una cabeza humana, utilizó una de las serpientes para que desbloqueara la cerradura. Comenzó a abrir la ventana lentamente, pudo entrar y poniéndose de rodillas, pudo levantarse lentamente teniendo una altura de 2 m y mirando a los dos pecadores que siguen inmersos en su pequeño mundo.

Extendió la mano y aplastó la cabeza del que estaba moviendo las caderas. Se escuchó el sonido de los huesos siendo aplastados. Acercando el cadáver lentamente hacia él, se derramó una gran cantidad de semen desde la vagina de la pecadora, la cual lanzaba pequeños gemidos comprimidos por la mordaza. Su pecho se movía arriba y hacia abajo mientras tenía las piernas abiertas, dejando una vista completa a su condición de mujer.

 Su pecho se movía arriba y hacia abajo mientras tenía las piernas abiertas, dejando una vista completa a su condición de mujer

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El viaje de un fragmento del Rey de los monstruos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora