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— ¿Tierra llamando a Spreen? — dijo Shadoune mientras pasaba su mano frente al nombrado para que le prestara atención

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— ¿Tierra llamando a Spreen? — dijo Shadoune mientras pasaba su mano frente al nombrado para que le prestara atención.

Había estado hablándole a Spreen durante veinte minutos y el pelinegro solo estaba viendo un punto fijo sin notar lo que su amigo le decía.

¿eh? — entonces reaccionó

—¿Estás bien?, pareces perdido

El de cabellos azabache sobó su cien — Aun no le dije a Juan — confesó

Según él era algo vergonzoso, sin embargo su amigo lo entendía (aunque le parecía estupido).

Te dije que si bebías sería más complicado.

— ¡Es que-! ... — No tenía excusas para decir, simplemente no quería decirle a Juan sus sentimientos, era algo muy tonto si lo pensabas a profundidad.

Deberías decirle, no es nada malo, ¿ o si?

Claro que no era nada malo. Spreen lo volteó a ver, en parte tenía razón...

No quiero que por mi culpa se sienta mal

— Lo harás sentir peor si sigues sin aclarar las cosas. dijo, — Créeme que cualquiera que los ve creería que están en una relación. ¿Acaso eso te gusta? — regañó a su amigo

En realidad, el más alto se hacía problemas porque así lo quería, es decir, hablar sobre lo que sientes es fácil, ¿no es así?..

...

Claro que si, es fácil. Después de decirlo podrían seguir siendo amigos y hacer como que nada pasará. Le diría todo a Juan ese mismo día.

No, no podía decirle

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No, no podía decirle.

Era todo tan confuso, estuvo todo el día queriendo hablar con Juan pero jamás encontraba las palabras ni los momentos adecuados, y ahora estaba yendo a su casa con el castaño siguiéndolo por detrás, tal vez en un lugar más tranquilo sería más fácil...

Y llegaron, para sorpresa del mayor, sus padres no estaban en casa. Eso era extraño, pero aprovecharía.

entrá — dijo abriendo las puertas de su hogar y el de los brillantes ojos miel acató la orden.

Al entrar subieron a al habitación del mayor y Spreen empezó a hablar después de dejar la puerta cerrada detrás de él.

Juan, tengo que decirte al-

— Espera, yo también quiero decir algo, yo primero.

El pelinegro giró levemente su cabeza con duda, entonces Juan respondió

Créeme, es importante.

Finalmente, el azabache aceptó y dejó al castaño hablar.

Está bien.. — suspiró, se notaba nervioso —Tu ya lo sabes, me gustas. No solo me gustas por tu físico o porque eres realmente inteligente, y perfecto, y tu familia tenga dinero o- — freno sus palabras por un segundo al notar que se desviaba del tema— ¡nada de esas cosas! — tomó aire —, me gusta como eres conmigo, tus chistes, los momentos que pasamos juntos, tu sonrisa, tus ojos y tu hermoso rostro... — tomó silencio por unos segundos — me gustas desde el primer momento en el que te vi. — sus ojos miel brillaban solo por ver al chico paralizado frente a él, era una hermosa vista para esos brillantes ojos.

Juan, al ser un chico tímido no se veía mucho, ni resaltaba, sin embargo, desde que vio a Spreen llegar a esa escuela no pudo evitar soltar un brillo encandilante por sus ojos, sus bellos ojos grandes y con un tono miel perfectamente combinado con su piel y cabello brillaban al ver a ese chico alto, era... mágico.

Tomó valor, y se acercó a Spreen uniendo sus labios en un beso, uno que intentó continuar, pero fue empujado casi de inmediato.

Y-yo.. perdón, no quería besarte- ahora se sentía estupido, no pensó bien lo que hizo.

Pero también, no sabía porque el DMC se sorprendía, todo el colegio sabía sus sentimientos hacia el azabache, era obvio que este también los sabía, ¿no es así?.

Juan, lo siento, no.

— P-pero.. — Dijo bajando su cabeza — T-Tu.. — sus ojos empezaban a soltar pequeñas lágrimas —yo pensé que-

— ¡Pensaste mal! — gritó exaltado — ¡Confundiste todo!, ¡Jamás estaría contigo!

Y ahora Juan estaba llorando.

No noto el momento en el que salió corriendo de aquella casa.

Su corazón estaba partido en miles de pedazos, realmente una parte pequeña de sí sabía que Spreen no sentía lo mismo que el, aunque su cabeza se había estado intentando convencer de qué tal vez, si podían llegar a ser algo.

Sus bellos ojos miel, los que un día brillaron tras la vista de un joven pelinegro sobre ellos, ahora, por este mismo, se llenaban de lágrimas y lentamente perdían su radiante brillo y se volvían secos y oscuros. Todo por él.

Lo odié, horrible, adiós

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Lo odié, horrible, adiós .

-Oliver

  ᕱ ᵎ  🍯   ୨  ᥆ȷ᥆s ᴍɪᥱᥣ ㅤ࣮  ⭒   |  sᴘʀᴜᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora