deseos de cosas imposibles [gialian]

tres

Los meses transcurrieron más rápido de lo que esperé, la primavera llegó y con ella la boda del hermano mayor de Juani. Para mi sorpresa, yo fui el único en mi familia que había recibido la invitación. Así que, un poco obligado por mi madre, asistí a la boda con un traje que ya había estado acumulando polvo en mi ropero. 

Estaba un tanto nervioso al llegar al salón porque no sabía con quién me iba a sentar en el momento de la comida luego de la ceremonia nupcial. Juani no era una opción porque estaba en la mesa de familiares, quizás Toto y Tomi estaban, pero no me lo habían comentado nada.

De cualquier modo, mientras la pareja estaba dando los votos, mi mirada se dirigió hacia Agustín, quien estaba en un costado fotografiando la sentimental escena. Su cabello rizado estaba peinado hacía atrás, con sus rulos haciéndose notar en la nuca, mientras que su traje azul le hacían resaltar su figura esbelta. Intenté dejar de admirar su belleza natural, pero su aura era demasiado atrayente como para que mi dominio propio tenga la fuerza suficiente para detenerme. Era demasiado difícil ignorarlo.

No sé si tuve suerte o no, aunque supongo que fue influencia de un par de mensajes de mi madre, la familia de Agus me ofreció sentarme junto a ellos. Debo admitir que mis orejas no supieron ocultar el sonrojo al momento en que la señora bien sonriente me enseñó el lugar separado para mí. Algo torpe le agradecí e hice todo lo posible para que mi nerviosismo no se note.

Agustín estaba sentado frente a mí y las veces que intercambiamos un par de palabras se le notaba distraído, algo decaído. Su familia, en cambio, fue la que interactuó más conmigo. En cierta forma el ambiente en la mesa no era incómodo gracias a eso.

La noche avanzó y las copas de los invitados habían incrementado; en especial las de mi amigo, quien en estos momentos estaba bailando en la pista con una copa de cristal en sus dedos con el vino a punto de salpicar. Yo, por mi parte, tendría que manejar luego, de modo que no era una opción tener alcohol en mi sangre.

Sin embargo, en mi interior quería hacerlo, quería quemar las penas de este amor no correspondido con un poco de vino. Agustín tenía novio y seguramente era muy feliz con él, ese era suficiente motivo para rendirme, o al menos eso es lo que me digo para convencerme de detener los latidos acelerados en mi corazón cada vez que conecta sus ojos con los míos.

Para mi mala fortuna y débil voluntad, el vino blanco en medio de la mesa elegantemente decorada por seda blanca lucía increíblemente tentador a mis ojos y sentimientos no recíprocos. Basta, Elian, sos más fuerte que una bebida alcohólica.

No, la verdad no lo soy.

Me levanté de la mesa y me dirigí al baño. En cualquier momento iba a caer en la tentación si seguía estando en aquella mesa casi vacía. Una vez allí, moje mi rostro para despabilarme y le prometí al espejo que debía salir a dar un paseo por el salón o bailar un poco para dejar de pensar en la persona que siempre se inmiscuía en mi cabeza.

Bueno, hablé demasiado rápido.

Agustín apareció por la puerta dando pequeñas risas. Todavía podía caminar como una persona normal, o casi, pero se notaba que el alcohol en su sangre había hecho efecto. Me dije a mi mismo que debía ignorarlo y seguir de largo antes de cometer una boludez. Mi estabilidad emocional dependía de eso, me dije para convencerme. Por lo que pasé evitando mirarlo con todas mis fuerzas. 

Oh, pero la vida es tan cruel que mi amigo tomó mi mano e hizo que me detuviera a apenas unos centímetros del picaporte.

━━Eli, no me ignores. ━━Dijo haciendo un puchero con sus labios. Una de sus manos seguía sosteniendo la copa con vino a punto de derramarse. Me giré y pude notar el dolor que sus ojos grises expresaban, estaban cristalizados a tal punto que podrían romperse en cualquier momento. Se veía tan frágil y vulnerable.

━━Es hora de que dejes de tomar. ━━Intenté quitarle el cristal, pero se negó alejándolo de mi alcance y se apoyó en la puerta del baño cerrándola. 

Afortunadamente no había nadie más que nosotros dos como para preocuparme en que alguien más se quedé encerrado con un borracho como mi amigo.

━━No quiero. ━━De repente, su humor cambió y su rostro se acercó peligrosamente al mío ━━Te voy a contar algo.

Estoy seguro de que mis orejas me traicionaron.

━━¿Sabes cuál es la palabra más dolorosa de escuchar?

Negué con mi cabeza. Él me dio una sonrisa ladina cubierta de pura amargura.

━━“Gracias” ━━Confesó. ━━ “gracias por todo, pero ya no siento nada" ━━De nuevo, sus ojos transmitían dolor y sus palabras fueron pronunciadas lentamente para luego beber lo último en la copa.

━━Dame esa copa, ya tomaste suficiente. ━━Vuelvo a pedir.

━━Decir gracias para luego romperme, ¿no es gracioso?

No supe qué responder a eso. Así que me mantuve en silencio. Nuestra distancia seguía siendo mínima.

━━Eli, nunca agradezcas antes de despedirte. Es una horrible manera de ser amable. ━━Sus ojos se enfocaron en los míos por unos instantes. ━━¿Vos no me dejarías, ¿cierto?

Si supiera todo lo que está causando en este momento, su pregunta también me duele.

━━Nunca lo haría. ━━Admito

De un momento a otro, sus labios atacaron los míos al escuchar mi confesión, mientras que sus manos se ubicaron alrededor de mi cuello. Su boca sabía a vino y mi corazón latía a mil. Abrí mi boca para darle paso a su lengua, los chasquidos en el baño se escuchaban sucios y desesperados, hubieron mordidas y algunas manos escurridizas. El calor iba aumentando a pasos agigantados.

Sabía que estaba fuera de sí por el alcohol en su sangre que lo dominaba y su corazón roto que lo llevaba a buscar consuelo conmigo. Sabía que me estaba usando y que se iba a olvidar de esta noche. Aun así, por unos instantes quise dejarme llevar y que no importe nada de esto. 

Gracioso o no, la razón fue más fuerte y utilicé la poca cordura que me quedaba para distanciarme de él. Una vez separados lo veo hecho un desastre, el gel ya no controlaba sus rizos y sus labios se veían hinchados, seguramente yo debo estar igual. Nos miramos por unos largos segundos. Él intentó volver a acercarse, pero no se lo permití. Sí seguíamos íbamos a terminar escalando a otra cosa y la verdad es que no quería caer de vuelta en algo que me dolerá cuando vuelva a casa porque no tendría respuesta.

Él estaba ebrio y yo tenía mi dignidad, lo que quedaba de ella al menos. Así que decidí salir del baño mientras todavía tenía fuerza para hacerlo. Cada paso alejándome del salón sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas por mi corazón que se estaba rompiendo cada segundo que pasaba.

Luego de esto tuve que fingir que nuestro pequeño incidente en el baño nunca sucedió. Agustín tampoco dijo nada. Supuse entonces que no se acordaba tal y como pensé en un principio. Estaba bien, creo, no era la primera vez que nos pasaba.

Por cierto, no se lo comenté a Juani porque no quería ponerlo en brete entre nosotros, aunque creo que intuyó algo, me comentó un par de veces que en las juntadas se sentía cierta tensión entre ambos. En respuesta de esto me reía y cambiaba de tema, dudo que haya sido convincente.

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Otro más, comenten qué les va pareciendo💝