Jin
Cuando supe que mis padres me habían vendido en matrimonio para pagar las deudas de mi hermana, no me sorprendió en absoluto. Me habían quitado todo lo demás durante toda mi vida. ¿Por qué no mi libertad también?
este es una adaptación sin fine...
Disfruté viendo los ojos de Namjoon dilatarse mientras chupaba un trozo de naranja roja siciliana en mi boca y lamía mis dedos para limpiarlos. Su profundo gemido me hizo sonreír. Había algo que decir sobre seducir al marido.
Namjoon tomó un tazón y me lo tendió.
—¿Necesitas más?
Me reí.
—¿Solo una pieza más?
Sonaba tan esperanzado.
Tuve una idea mejor. Me levanté y caminé alrededor de la pequeña mesa de café y luego pasé mi pierna por encima de él y me senté en su regazo. Me estiré hacia atrás y agarré otra pieza de fruta y se la acerqué a los labios.
—¿Quieres compartir?
Namjoon me miró por un momento antes de darle un mordisco a la jugosa fruta.
Rápidamente me incliné hacia adelante y lamí las gotas de jugo que caían por su barbilla.
La polla que presionaba entre mis muslos se sacudió y se endureció en un tubo de acero.
Oh sí, esto era mucho mejor.
Y ese era el teléfono celular de Namjoon sonando.
Maldición.
Suspiré cuando comencé a alejarme de Namjoon, pero él agarró mi muslo y me mantuvo en el lugar mientras sacaba su teléfono celular de su bolsillo y contestaba.
—¿Qué pasa, Ji-eun?
No me di cuenta de que lo había puesto en el altavoz hasta que escuché su respuesta.
—Tengo información interesante para ti, —dijo Ji-eun.
—Estamos escuchando.
—Oh, ¿Jin está ahí? —Ella preguntó.
—Hola, Ji-eun, —le dije.
—Hola, Jin, ¿cómo va la luna de miel?
Sonreí cuando me encontré con los ojos de Namjoon.
—Bastante bien. Podría quedarme con él.
Ji-eun se rio entre dientes.
—Entonces, ¿qué pasa, Ji-eun? —Preguntó Namjoon .
—Durante mi indagación en las finanzas de los Jang, pude averiguar de quién tomaron ese préstamo de cincuenta mil dólares, y no es bueno.
Toda la diversión que había estado brillando en los ojos de Namjoon murió en un instante.
—¿De quién obtuvieron el préstamo?
—Bueno, debido a su calificación crediticia, no pudieron obtener un préstamo por medios normales, por lo que obtuvieron un préstamo de Chul Dak-Sun
—Chul Dak-Sun—. Namjoon frunció el ceño. —¿Dónde he oído ese nombre antes? .
—Chul Dak-Sun dirige el Longer east side .
—¿Y le pidieron un préstamo? —Namjoon casi gritó. —¿Qué estaban pensando?
—¿Quién es Chul Dak-Sun? —Yo pregunté.
—Es el jefe de la mafia italiana que reside en corea .
Oh. Maldita sea, mis padres eran idiotas.
—Se pone peor, Namjoon.
—¿Cómo podría ser peor que Chul Dak-Sun? —Preguntó Namjoon.
—Utilizaron a Jin como garantía.
Las cejas de Namjoon se juntaron.
—Disculpa, ¿qué?
—Utilizaron a Jin como garantía, Namjoon. Si no pagan el préstamo en su totalidad antes de fin de mes, más los intereses, Chul se queda con Jin.
Me estremecí ante la racha de frío que me recorrió la espalda.
—¿Pertenezco a un jefe de la mafia?
Namjoon gruñó.
—Me perteneces.
—Sí, pero…
—Ya les pagué la dote de cien mil dólares. ¿No han usado eso para pagar el préstamo?
—No, —respondió Ji-eun. —Actualmente, Wonyoung está usando ese dinero para comprar un nuevo guardarropa para poder impresionar a su nuevo novio.
Espera.
—¿Wonyoung tiene un nuevo novio? —Yo pregunté.
Stella resopló.
—Wonyoung desearía tener un nuevo novio, específicamente, tu esposo. Está gastando dinero como si fuera hecho en árboles para poder impresionarlo.
Rodé los ojos.
—Déjame ver si lo entiendo bien. Mis padres, en su infinita sabiduría, hicieron un trato con un mafioso para vender mi trasero a cambio de un préstamo para enviar a mi hermana a París para la semana de la moda. Entonces vendieron mi trasero a Namjoon a cambio de cien mil dólares, pero en lugar de devolverle el dinero a la mafia, ¿están gastando ese dinero para que mi hermana pueda ganarse el corazón de mi esposo?
—Dudo que estén detrás de su corazón, —respondió Ji-eun. —Quieren ganar su cuenta bancaria.
Parpadeé a Namjoon.
—Estas personas están locas.
¿Cómo me relacioné con ellos?
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