Jin
Cuando supe que mis padres me habían vendido en matrimonio para pagar las deudas de mi hermana, no me sorprendió en absoluto. Me habían quitado todo lo demás durante toda mi vida. ¿Por qué no mi libertad también?
este es una adaptación sin fine...
Me serví una taza de café y luego tomé mi teléfono celular para hacer una llamada que estaba un poco nervioso por hacer. No era frecuente que tuvieras que decirle a la única familia que tenías que te habías casado sin ellos.
Mi tío no sería amable.
—Buenos días, Namjoon .
Sonreí ante la calidez en la voz del hombre.
—Buenos días, tío. ¿Cómo estás?
—Bien, —respondió el tío . —Disfrutando mi tiempo en Hawai, jugando golf. ¿Y tú?
—Me estoy preparando para irme de viaje. No estoy seguro de dónde estaré, pero me iré por aproximadamente un mes. Si necesitas ponerte en contacto conmigo, puedes llamarme al teléfono móvil.
—¿Problemas de negocios, Namjoon?
—No. —Tragué con fuerza. —Luna de miel.
El silencio sepulcral no era bueno.
—¿Tío?
—¿Te vas a casar?
Hice una mueca.
—Me casé ayer.
—¿Te casaste ayer?
—Íbamos a tener una gran boda elaborada, pero surgieron algunas cosas y decidimos que sería mejor casarnos ahora y tener una celebración más tarde.
—Ya veo.
—Jin es uno de los buenos, tío Seung.
—¿Dónde conociste a este Jin?
—Él trabaja para mí, y antes de que digas nada, fui yo quien le habló sobre el matrimonio. Ni siquiera sabía que era yo hasta después de firmar el acuerdo prenupcial.
—Bien, ¿hay un acuerdo prenupcial entonces?
Suspiré. Sabía que mi tío estaba preocupado por mí y lo apreciaba, pero él no conocía a Jin.
—Lo hay. Si pudieras ver el acuerdo prenupcial en el que insistió, verías que Jin no me persigue por mi dinero. De hecho, hizo que yoongi cambiara varias cosas para no recibir nada de mi dinero.
—¿De verdad?
Sí, también me había sorprendido un poco.
—Me hace reír, tío.
Sabía que mi tío entendería eso. Siempre me había dicho que, si encontraba a alguien que pudiera hacerme reír, me aferrara a él y nunca lo dejara ir.
—Entonces, cuéntame sobre él.
—Bueno, su nombre es Jang Seokjin. En realidad, es de mi ciudad natal. No nos conocíamos muy bien en ese entonces, pero…
—¿Él es de tu ciudad natal y su apellido es Jang?
Fruncí el ceño ante el temblor que podía escuchar en la voz del tío Seung.
—Sí.
—¿Cuántos años tiene él?
—Veintiocho.
El tío Seung dejó escapar un suspiro.
—De acuerdo.
—¿Tío?
—No es nada, Namjoon. Solo cuéntame sobre este jovencito tuyo.
—Bueno, como dije, tiene veintiocho años, trabaja para mí como asistente de marketing y tiene los ojos azules más hermosos que he visto.
—¿Ojos Azules?
Sonreí.
—Sí.
—Háblame de su familia.
Gruñí.
—Un montón de imbéciles, todos y cada uno de ellos.
Me tomó unos buenos diez minutos cubrir todo lo que sabía hasta ahora sobre la familia de Jin. Cuando terminé, ambos estábamos enojados y el tío Seung ya no cuestionaba mi matrimonio con Jin.
—Tienes que hacer lo que tengas que hacer para sacarlos de la vida de Jin.
—Estoy trabajando en ello.
—Si me necesitas llámame.
—Lo haré, tío.
—Ven a presentarme a tu joven cuando regreses.
—Lo haré, tío Seung.
—Adiós, sobrino.
Sonreí mientras colgaba.En realidad, había ido un poco mejor de lo que esperaba.
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