Finde en la playa [Papulince X Panafresco]

Enamorado tuyo #7

Era un domingo por la noche como cualquier otro. La ciudad resonaba con los ruidos molestos de vehículos y civiles. Miguel, ataviado como Spiderman, se encontraba en la azotea de algún edificio, relajándose antes del inicio de la semana.

Como de costumbre, le gustaba sentarse en el filo de los edificios y esperar a que algo sucediera. Sin embargo, esta noche parecía que el crimen estaba bastante calmado.

De repente, sintió unas manos en su espalda, lo que lo hizo voltear rápidamente y golpear a quien fuera que lo estuviera tocando.

— ¡Ouch! :,v — se quejó Deadpool, tirado en el piso — Creo que voy a tener que empezar a avisarte sobre mi presencia para que no me golpees — dijo mientras se levantaba del suelo y se sacudía el polvo de su traje.

— Ya dije que no te acerques — se quejó Spiderman — No me interesas, y además estoy en algo con otra persona.

— ¿Estás bien, Miguel? — preguntó Luis, acercándose a él.

— ¡¿Cómo sabes mi nombre?! — respondió Miguel, genuinamente asustado, hasta que finalmente se dio cuenta — Ah, perdóname, lo olvidé. Debe ser por el viaje, estaba muy cansado.

— Ay, me había asustado, te juro que pensé que te había dado Alzheimer o algo así — dijo Luis preocupado, sosteniendo el mentón de Miguel para examinarlo.

— Ya, no te preocupes — habló Miguel avergonzado, intentando apartar las manos de Luis de su rostro — Respecto al golpe...

— Te perdono si me das un beso — dijo Luis, jugando.

— No aquí, Luis — dijo Miguel, mirando a su alrededor antes de llevar a Luis a una esquina de la azotea — Bueno, supongo que un beso no hace daño — se alzó la máscara levemente, de manera que solo fueran visibles sus labios.

Luis estaba rojo como un tomate, a punto de ver cómo una de sus fantasías más oscuras con Spiderman se cumplía.

[...] 3 meses después

Tres meses después, estaban en una salida con los amigos de siempre, habían ido a una pizzería del centro comercial para pasar el rato y charlar sobre la vida.

— Pues esa salida a la playa fue como terapia para esos dos — dijo Raúl señalando a Luis y a Miguel — Lástima que no fui para presenciarlo.

— Me alegra que sean buenos amigos ahora — habló Pedro con orgullo.

"Amigos". Luis había estado reflexionando más de lo usual, había querido pedirle algo diferente a Miguel desde hace mucho tiempo. No, nunca fueron pareja. Luis recordaba vívidamente la charla que tuvieron en la playa. Miguel le había dicho que aún estaba un poco confundido respecto a su sexualidad, así que Luis asumió que tampoco estaba listo para una relación con él.

De repente, un sonido lo sacó de sus pensamientos. Era una notificación de su celular, un mensaje... ¿de Miguel? ¿Por qué le mandaría un mensaje si estaba sentado justo a su lado?

"Después de esto, tengo la casa sola esta noche. ¿Tienes planes?" — decía el mensaje.

— Oh... — dijo Luis en voz alta, parece que por fin se había dado cuenta a lo que se refería el mensaje.

Mientras todos seguían la conversación de fondo, Luis deslizó su mano debajo de la mesa para tocar el muslo de Miguel y llamar su atención . Cuando finalmente volteó a mirarlo solo le sonrió.

[...] más tarde ese día en casa de Miguel

— Oye Miguel, ¿qué somos? — le preguntó Luis, recostado en la cama de Miguel, mirando el techo con los brazos cruzados sobre su cabeza.