III

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"No puedo creer que vayamos a comprar esa casa, Dream

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"No puedo creer que vayamos a comprar esa casa, Dream."

Habló George, mirando por la ventanilla del coche mientras se sentaba en el asiento delantero.

"Bueno, aún no lo sabemos con seguridad, George. Pero parece que todo está bien, nuestras posibilidades son buenas".

George soltó una risita, mirando a Dream. Estaba tan emocionado de pasar su futuro con él en esa casa. No podía creer que hubiera encontrado a un alfa lo bastante rico como para comprarles una mansión entera a él y a sus bebés.

Era como un sueño hecho realidad.

"Vamos a conseguir esa casa, Dream".

Habló, sintiéndose decidido.

Dream lo miró, sin poder evitar sonreír ante la emoción del omega.

"Ya veremos".

Murmuró, volviendo la mirada a la carretera que tenían delante.

Los dos pararon por una gasolinera de camino a casa, sobre todo porque el viaje en coche duraba una hora y George tenía antojos de embarazo a mitad del trayecto. Así que Dream paró en la primera gasolinera que vio y dejó que George se paseara por la tienda y cogiera lo que quisiera.

Una pequeña sonrisa bailó en los labios del alfa mientras observaba a George echar un vistazo a los aperitivos con mirada hambrienta, antes de coger un paquete de pasas cubiertas de chocolate.

"Espera, ¿qué? ¿Realmente vas a agarrar esos, George?"

Preguntó Dream cuando el omega empezó a alejarse con la bolsa sujeta entre las yemas de los dedos.

"Sí."

Respondió George con sencillez, echando un vistazo a la tienda.

"¿Qué te pasa? ¿Es algún extraño antojo de embarazo o algo así?".

Dream habló mientras tomaba la bolsa de su mano, leyendo el anverso de la misma. La sonrisa en sus labios se hizo más grande al sentirse divertido por su pequeño y tonto omega con sus extrañas papilas gustativas.

"No, siempre me han gustado". Respondió George con indiferencia.

"¿Qué?"

Dijo Dream, mirando a George como si estuviera loco.

El omega se burló cuando le quitó la bolsa de las manos, y luego se aferró a ella mientras empezaba a caminar de nuevo por la tienda. Haciendo que Dream le siguiera para ver qué más cosas raras se le antojaban.

A continuación, el omega se detuvo junto a un estante de comida para mascotas, mirando las diferentes golosinas para gatos.

Las cejas de Dream se fruncieron mientras lo miraba, murmurando:

"No tenemos mascotas, George.."

"Lo sé.

Murmuró George, cogiendo una de las bolsas con golosinas.

TODO EL MUNDO AMA A UN CATBOY ⁖ DNFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora