❛ A FUEGO。

O5

Yunho suspiró cuando subió el último escalón, la puerta de aquel conocido apartamento entrando en su campo de visión cuando avanzó sus pasos hacia esta.

La mano de Seonghwa entre la suya se sentía tan cálida y agradable que se rehusó a soltarla cuando el mayor le observó con sus ojos grandes maquillados suavemente de rosa, la mirada le brillaba tanto que Yunho se sintió frustrado por eso, porque no era normal lo hermoso que se dejaba ver. No tuvo más opción que esa, dejarle ir, se sintió tan... Tan extraño al no querer soltarle, sus propios pensamientos le jugaban en contra.

Seonghwa al abrir la puerta se giró a mirarlo nuevamente, lo cual le estaba matando. Yunho suspiró por enésima vez, jugando con sus dedos hasta ese punto, sintiéndose ansioso de repente, el mayor se acercó y como si nada pasó sus brazos por su cintura, abrazándose a él de manera floja, pero pegándose por completo a él de todos modos... Observándolo así, como leyendo su expresión.

Yunho no fue capaz de aguantar, por lo que se inclinó lo suficiente para atrapar los labios pomposos de Seonghwa en un pausado beso, tan lento que le desesperó, pero lo suficientemente marcado como para hacerle estremecer completamente. Tener la oportunidad de probar su boca de nuevo le estaba devolviendo la razón, un pico insignificante no se comparaba jamás a sentir la calidez de aquellos labios tan esponjosos contra los suyos por un largo rato... Yunho podía caer en una dependencia realmente fuerte por esos besos si no dejaba de anhelar cada uno de estos, como un maldito drogadicto, buscándole y sintiéndose saciado al tenerlo.

—¿Acaso hay algo que me quieres decir?— A Seonghwa parecía que nada se le podía escapar, era como si tuviese un sexto sentido que le avisaba sobre cualquier cosa que tuviese que ver con él. Al decir aquello sobre su boca en un suave susurro, Yunho se puso nervioso y cohibido, llevando sus manos hasta las mejillas del más bajo, paseando sus pulgares suavemente sobre aquellos labios que besó un par de veces más, de forma corta y estática. Yunho quería salir corriendo sin despedirse porque no tenía el valor suficiente como para dejarlo por voluntad propia, luego se mordió los labios con mucha vergüenza almacenada en su ser. Ni siquiera sabía porqué se sentía así, o porqué estaba actuando de esa forma. —No tengo problema si quieres quedarte otra vez... Claro, si es lo que quieres.— Seonghwa pareció haberle leído la mente, quizás estaba pensando demasiado fuerte y la cercanía le hacía adivinar todo aquello que pasaba por su cabeza.

Se alejó medio paso de él, cuando escuchó una puerta abrirse y un par de voces inundar el ambiente, era uno de sus vecinos despidiendo invitados. Yunho sintió su corazón latiendo con mucha fuerza en su garganta mientras que Seonghwa actuó normalmente, como si no le afectara nada.

—Quiero quedarme.— Yunho asintió, pero Seonghwa se dio cuenta de que el tono de voz de Yunho fue demasiado indeciso, como mortificado. Las personas pasaron detrás de ellos y ni siquiera se dieron cuenta de que estaban ahí conversado, con los labios rojos y húmedos después de aquel beso que se habían dado. —Pero por mucho que quiera quedarme, no puedo. Tengo que estudiar y no quiero perder nada, yo...— Yunho se rascó la nuca con frustración, soltando un bufido.

—Entiendo.— Que Seonghwa respondiera de esa forma no le ayudaba en nada. Yunho quería tanto ignorar la realidad y quedarse con él. —Si quieres te ayudo a estudiar, estoy libre.

—Voy a comenzar a pensar que realmente no quieres dejarme ir.— Yunho se llevó las manos a la cara, ahogando allí un gruñido lleno de frustración. Seonghwa solamente se recargó en el marco de la puerta y se rió de él en su cara, como siempre, para no perder la costumbre que se estaba presentando en ese muchacho tan atrevido... Yunho quiso comérselo ahí mismo, pegarlo contra la puerta como la primera vez, pero se contuvo lo suficiente como para limitarse solamente a mirarle. —Aunque siento que terminarás por distraerme demasiado como para aprender alguna cosa...— Sus ojos sin querer se fueron hacia el abdomen de Seonghwa, el cual estaba allí en todo su esplendor, el ombligo bonito saludándole y el piercing haciéndole recordar los acontecimientos de la noche anterior.