━━CUATRO.

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⊱ᨳ༿ CRUCRU ೃೀ
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CAPÍTULO CUATRO:¡NO, ELLA NO!, JAMÁS ELLA

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CAPÍTULO CUATRO:
¡NO, ELLA NO!, JAMÁS ELLA.





SUNHEE

    APRETÉ CON FUERZAS EL AGARRÉ AL ARMA EN MIS MANOS, TOMANDO UNA PROFUNDA RESPIRACIÓN para controlar mis nervios. El elevador se detuvo en el piso catorce, provocando un chirrido horrible al hacerlo, las puertas se abrieron de par en par dejándome ver el desolado pasillo frente a mí. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver un caminó de sangre en el suelo del pasillo, miles de escenarios donde la sangre le pertenecía a Hyunsoo invadieron mi mente, pero rápidamente la sacudí para alejar todos esos pensamientos.

Con cautela comencé a caminar por el pasillo, siguiendo el rastro de sangre. Traté de no emitir ningun sonido fuerte al caminar, pues no tenía idea si el monstruo seguía rondando por este piso, así que debía de ser cuidadosa. El caminó de sangre terminó justo frente al apartamento de Hyunsoo, y el terror me aprisionó en un instante, con manos temblorosas tomé el pomo de la puerta metálica, y con un ligero empujón la puerta se abrió. Un alivió invadió mi cuerpo al ver el apartamento vacío, únicamente un par de objetos tirados en el suelo y la ventana hecha pedazos.

Con la manga de mi suéter sequé las pequeña lagrimas que habían caído por mis mejillas. Hyunsoo debía de estar bien, él era inteligente y astuto, podría evadir con facilidad a cualquier monstruo que se le atravesará. Me giré para salir del apartamento de Hyunsoo y mi vista se detuvo en la puerta del mío, lo dude por unos minutos, pero al mirar el arma improvisada en mis manos no tuve más opción que entrar en mi apartamento.

Al entrar a mi apartamento rápidamente me dirigí a una de las esquinas de la habitación, donde descansaba aquella larga caja de madera. Al abrirla me detuve un instante admirando su contenido, había pasado un tiempo desde que lo había usado por última vez, el pasado me seguía atormentando después de tanto tiempo y era bastante difícil afrontarlo. Resignada me límite a tomar el frío metal del arco, colocándolo aún costado de mí para poder contar las flechas dentro del carcaj.

—Solo quedan 40 —murmuré con preocupación—. ¿Serán suficientes?

No tenía muchas opciones y mucho menos tiempo en aquellos momentos, así que pase el carcaj por mi cabeza haciendo así que quedará en diagonal sobre mi hombro, y permaneciera el carcaj sobre mi espalda. Sujeté con firmeza el arco entre mis manos, recordando la ocasión que mi padre me lo había obsequiado para mi primera competencia y con ello avivando el recuerdo del porque lo había abandonado meses atrás. Sacudí ligeramente mi cabeza, y tomando una profunda respiración salí de mi apartamento caminando por el pasillo en dirección a las escaleras.

Al girar en la esquina del pasillo fue en cuestión de segundos que un largo brazo azul pasó a una velocidad inhumana frente a mí, estrellándose con fuerzas contra la pared. Un par de mechones de mi cabello se sacudieron ante el viento que fue provocado por aquel brazo, mis latidos se aceleraron a una velocidad descomunal y con el terror corroyendome todo el cuerpo, giré mi cabeza siguiendo el largo brazo azul.

CRUCRU ━━━ sweet homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora