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Él pelinegro y él castaño estaban hartos de convivir en clases, hartos de cruzarse en los pasillos y hartos de no poder dirigirse la palabra sin que los rumores de una nueva pelea corrieran entre sus compañeros.

Pero para entender esta historia, debemos remontarnos a los primeros años de escuela de Leehan y Taesan.

El pequeño Han era conocido por hablar todo el tiempo sobre su mejor amigo Leehan, por lo que era de esperarse para cualquiera que en realidad gustaba del mayor.

Y sí, tal vez era muy pronto para suponerlo, pero no se equivocaban. Leehan realmente fue el primer interés romántico de Taesan.

Cualquiera se daría cuenta, menos el inocente y joven Leehan.

El tema del enamoramiento no fue difícil de llevar durante el tiempo que duró su amistad. Sin embargo nadie imaginó que todo ese amor podría cruzar la línea del odio tan fácilmente gracias al problema de la ingenuidad.

A la corta edad de cinco años Taesan y Leehan se habían vuelto inseparables compañeros de salón, no era de extrañarse verlos tomados de las manos en los recreos o caminando juntos durante la hora de entrada. Al poco tiempo descubrieron el significado de "mejores amigos" y decidieron llamarse a sí mismos de esa manera. Aunque en el fondo uno de ellos sentía una conexión diferente que no era capaz de explicar debido a su corta edad.

Lamentablemente esos sentimiento se desarrollaron demasiado rápido, y Taesan en ese momento no lo sabía, pero su forma de amar iba a ser demasiado profunda y su forma de expresarse muy limitada.

Pocos años pasaron, y ahora la pareja de amigos tenía ocho años. Sus compañeros nunca los molestaron ya que todos sabían que eran muy cercanos, sus profesores estaban al tanto del tiempo que pasaban juntos, sus familias los apoyaban en su crecimiento. Todo iba tan bien ¿Quién diría que la inocencia del primer amor traería un conflicto que cambiaría los próximos años de sus vidas?

Taesan no consultó con nadie el día que tomó valor para hablar con Leehan. Él menor movía sus pies en el aire mientras esperaba sentado dentro del salón de clases, tenía los brazos cruzados sobre el pupitre y una expresión tranquila. El resto de sus amigos entraba y salía del salón para jugar antes de que sonara la campana, pero él solo esperaba la llegada de Leehan.

Se estaba haciendo tarde y el más pequeño se removía más ansioso en la silla, quería hablar y soltar todo lo que tenía en la cabecita de una vez por todas. Sintió unas manitos frías cubrirle los ojos y se sobresaltó.

—¡Oye!, estoy esperando a mi hyung —se quejó mientras se quitaba esas manos de la cara, cuando volteó vio a su amigo sonriendo, por lo que su expresión cambió a una más feliz, se levantó y lo abrazó  —¡Leehannie, hyung!.

—Hola Tae, ¿En qué estabas pensando? —preguntó, al parecer Taesan se distrajo por un momento y no lo vio entrar.

—Ven, te diré algo —respondió animado señalando el asiento al lado suyo.

—¡Buenos días, niños! —interrumpió la profesora, todos guardaron silencio y voltearon a verla, luego se inclinaron para saludarla —No olvidaron que hoy pueden escoger con quién sentarse ¿Cierto? —preguntó, remarcando el hecho de que el orden normal de los asientos era alfabético, por lo que Taesan y Leehan no podían trabajar juntos en clases.

Un tierno "no" se escuchó al unísono en todo el salón. Taesan sí lo había olvidado, miró al mayor y le dijo —¿Vamos a sentarnos juntos, verdad? –lo vio jugar con sus manitas y mirar al suelo, ladeó la cabeza —¿Hannie,
hyung?.

—Lo siento Tae, ayer Yunjin me preguntó si podía sentarme con ella ¡Pero te espero para ir juntos en el recreo! —Han frunció el ceño, más decepcionado que molesto. Leehan lo abrazó y el menor se relajó.

Insta Story ☆ Gongfourz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora