Jeno había evitado leer la carta que le entregaron los dos angelitos del colegio y a pesar de que el hecho de haber recibido una fue una sorpresa bastante grande, ese día no se preocupó en lo más mínimo por leerla ni mucho menos por la persona que se la había mandando. No, esa tarde solo se preocupó por disfrutar de la cita, no cita, de amigos que tenía con Mark Lee.
Ellos dos tenían una historia de amistad bastante larga debido a que Mark y su mamá se hospedaron en un pequeño cuarto de la familia de Jeno cuando llegaron a Corea desde Canadá. Las dos familias vivieron en la misma propiedad alrededor de dos años, tiempo después la señora Lee y su hijo encontraron un departamento más grande y comenzaron a vivir por su cuenta. Durante los años que vivieron juntos, Jeno y Mark se volvieron bastante cercanos e incluso le decían a todo el mundo que eran hermanos, debido a la poca diferencia de edad y, principalmente, porque ambos compartían el mismo apellido. Sin embargo, una vez que Mark ingresó a la escuela media, la forma en que Jeno percibía a su hyung cambió completamente; le molestaba que ya no tuviera tiempo para él y que quisiera salir con sus amigos del colegio, principalmente porque no los conocía y tampoco tenía mucho interés en hacerlo.
Jeno amaba a Mark, y esa oración que antes podía decirla con bastante facilidad comenzaba a arder en su pecho debido a que ese sentimiento ya no era igual al que sentía cuando tenía siete años, era diferente y dolía no poder decirla en voz alta. Guardar el secreto fue la cosa más difícil que ha hecho en sus 16 años, debido a que lo ha ocultado por casi cuatro años, pero que Mark sea una de las personas más despistadas del mundo ayudaba muchísimo.
No fue hasta que conoció a Jaemin que pudo compartir con alguien sus verdaderos sentimientos; de hecho fue Jaemin quien lo obligó a decirle, el chico era bastante perceptivo y no fue demasiado complicado para su amigo descifrar el porqué de el 70% de sus conversaciones giraban en torno a Mark. Gracias a Jaemin, él consiguió el valor de confesar sus sentimientos mediante una carta. Duró días tratando de encontrar las palabras adecuadas y una vez que quedó satisfecho con lo que escribió se dirigió al salón donde se encontraban los chicos que se encargarían de entregar el correo, le compró un pequeño peluche de bebé leopardo y eligió que su carta oliera a sandía; Jeno cuido que cada detalle fuera perfecto, era lo mínimo que se merecía su hyung.
El lunes después de clase Mark lo estaba esperando fuera del colegio con una sonrisa junto al bebé leopardo que sostenía en una de sus manos. Ambos habían acordado salir ese día e ir a comer a Benitto's, un restaurante de comida italiana que por ser día de San Valentín había puesto todo su menú al 2x1; ninguno de los dos tenia pareja, pero aún así decidieron ser la cita del otro porque ese día no solo se festejaba el amor, sino también la amistad y ellos dos eran mejores amigos desde el preescolar por lo que tenían el derecho de festejar el día de la amistad juntos.
Entraron al restaurante tomados de la mano, pretendiendo ser una pareja para que así les hicieran valida la promoción, su actuación fue bastante convincente porque incluso les dieron un postre gratis; mientras comían Mark le preguntó si había recibido algo, Jeno le contestó con un simple “Sí” pero ambos chicos concordaron que no deberían leer su carta frente a otra persona y siguieron comiendo con total normalidad.
No fue hasta la noche, cuando Jeno estaba realizando su tarea, que recordó que había recibido una carta. Buscó en su mochila y ahí encontró el sobre azul que desprendía un dulce aroma a café. Casi le da un infarto cuando desdobló la hoja y se topó con la caligrafía descuidada de Mark, no tenía ninguna duda, esa letra era de su hyung. Leyó con detenimiento cada una de las palabras que estaban escritas, desde su “Probablemente te sorprenda recibir algo de mi parte en este día pero simplemente amanecí con las ganas de escribir sobre ti, sobre todo lo que siento por ti y nunca me he atrevido a decirte. Sé que debes de pensar que es algo cliché escribir una carta de amor un catorce de febrero pero para alguien romántico como yo los clichés nunca pasan de moda...” hasta su “...Listo, creo que no tengo nada más que decirte solo que eres simplemente perfecto y que te quiero –L.M.H.”
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RUSSIAN ROULETTE
AléatoireJiSung y ChenLe tenían que realizar una sola tarea: entregar el "Correo de Cupido". ¿Qué podía salir mal?