El planeta Zun siempre fue considerado un planeta de alto valor por muchas razones. El nivel de pelea de sus protectores era una de las razones más importantes de por qué Freezer quería esa raza extinta, ya que los mayores ejemplares en poder de esa raza, que incluso eran más poderosos que Dodoria y Zarbón, aplicaban a la Patrulla Galáctica. Y en cuánto al por qué de su valor tan alto era el clima regularmente agradable que ocupaba todo el calendario y su gran equipamiento para el combate. Por eso Freezer, que aunque no le gustara admitirlo, envió a uno de sus escuadrones más competentes.
El trío saiyajin.
- Oye, Vegeta.-
- ¿Sí, Nappa?- Respondió Vegeta a través de su scooter, manteniendo sus ojos cerrados.
- Nuestras naves aterrizarán en unos diez minutos.- Le informó, haciendo que Vegeta abriera sus ojos lentamente. - Y por las lecturas de mi scooter, nuestras coordenadas de aterrizaje coinciden con la zona más concurrida del planeta.-
Vegeta compartió la emoción de Nappa. Después de una semana de completo aislamiento en esa pequeña esfera de nave, Vegeta podría estirar sus músculos acabando con un planeta que esperaba que valiera la pena.
- Por fin tendremos algo de diversión.-
Vegeta observó el hermoso y gigantesco planeta rojizo con sádica emoción cuando su nave y la de sus subordinados ingresaban a los límites de la atmósfera de Zun. Freezer llevaba enviando a los saiyajins a planetas con un nivel de poder tan bajo que sólo Raditz lo podía considerar como un reto que pudiera causar un impacto en su poder y Vegeta sabía la razón.
Las mascotas favoritas de Freezer, nunca deberían llegar a compararse con sus verdaderos soldados de élite. Por mucho que a su orgullo le doliera, Vegeta estaba consciente de que Dodoria, Zarbón, las Fuerzas Especiales Ginyu, Avo y Cado lo superaban por mucho.
Esta era una oportunidad casi única para incrementar su poder y no la pensaba desperdiciar.
Desde la nave finalmente pudo observar un poco más el planeta. Era realmente hermoso. Un paisaje que mezclaba perfectamente la naturaleza con la tecnología y su nave se dirigía al epicentro de todo, haciendo que Vegeta llegue a la conclusión de que aterrizarían en la capital del planeta.
Las naves se hundieron en el suelo, dejándolo ligeramente abollado antes de que las naves se abrieran y los saiyajins salieran.
- Apaguen sus scooters. Será más divertido así.- Ordenó Vegeta con una risa, saliendo de su nave. Nappa también se rió, mientras Raditz obedeció con algo de duda.
- Me complace recibirlos en el planeta Zun, caballeros.-
- ¡¿Qué mierda pasó aquí?!- Gritó Vegeta, furioso. Delante suyo se encontraba residente del planeta, su armadura biológica blanca y esa cabeza larga lo delataba. Pero la razón detrás de la conmoción y enojo del príncipe fue ver el montón de cadáveres esparcidos por todo el suelo.
- ¡¿Quién eres?!- Exigió Nappa, dando un paso adelante de forma intimidante.
El Zun, en lugar de encogerse de miedo como a Nappa le hubiese gustado, hizo un ruido de burla que sólo molestó a los saiyajins antes de responder.
- Se podría decir que ahora soy el... Último de mi raza.- Dijo el Zun con una risa. - Ahora soy parte del Ejército de Freezer.-
- ¿Cómo dices?- Vegeta no daba crédito a lo que escuchaba. Freezer sólo se había burlado de ellos nuevamente, enviándolos de mensajeros.
- Traicioné a los míos por un buen lugar en el Ejército de Freezer. Ya me lo imagino, Pui-Pui: gran comandante del Ejército de Freezer.- Declaró el Zun, perdiéndose en sus pensamientos e ilusiones.
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La Venganza De Un Príncipe
Science FictionVegeta, Nappa y Raditz trabajaban desde que tenían memoria bajo las órdenes de Freezer. Siempre fueron menospreciados, incluso por seres de bajo rango, considerándolos simples bestias incivilazadas y amantes de la destrucción. Puede que para los tre...