CAPÍTULO 12: Preocupación

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POV: Carme

21 / 04 / 2023

Hoy en teoría tenemos que ir a dar una vuelta por la ciudad y después de eso teníamos que ir a uno de los museos más grandes de ilusiones ópticas.

Antes hemos ido a una de las tantas máquinas expendedoras de gancho que hay por la ciudad porque Borja quería un peluche de Pikachu por la cara. Al final lo ha conseguido, pero se ha gastado mucho, no entiendo por qué caen en la tentación.

Después de eso hemos ido a algunas tiendas para comprar recuerdos, incluso me han hecho ir a una tienda a por gorros ridículos para todos. No entiendo la gracia de hacerme pasar vergüenza por la calle, pero bueno. A mí me ha tocado uno de Eevee y es uno de los más discretos porque por ejemplo Adri lleva uno de una caca, dice que en vez de Buitre-man que se va a llamar Mierda-man.

Y al cabo de un rato nos fuimos a comer porque todos ya teníamos mucha hambre, aparte de que dentro de poco nos teníamos que ir al museo que os he dicho antes.

La comida estaba riquísima, de veras, la comida japonesa es una de mis favoritas, por esto me gusta tanto este país.

Cuando terminamos de comer, le pedí a Adri y a Lili a ver si podía ir con ellos en el taxi que teníamos que coger para ir al museo porque como ya les había contado lo que pasó anoche, no me molestaba que escuchasen la conversación que quería tener con Krufy, ya que le dije que hoy le llamaría.

Como ya nos habíamos subido al coche, marqué el número de Krufy y lo llamé.

— Hola, ¿te he despertado? — Pregunté por qué como aquí eran las cinco de la tarde, allí eran las nueve de la mañana y probablemente seguía durmiendo.

— No, me he levantado hace media hora porque tenía que ir a coger el tren hacia Barcelona para ver a mi familia, no sé si te lo había dicho — Contestó él con la voz un poco ronca por el sueño.

— Ah, pues mejor. ¿Te cuento lo de ayer?

— ¿Qué pregunta es esa? — dijo riendo y acto seguido me reí yo también.

— Bueno, pues como ya te conté Adri me había tendido una trampa para que hablase ya con Dani — Empecé — Después llegó él y le empecé a decir de todo porque ya no me lo podía callar y mientras tanto, empecé a llorar. — Se oyó una risa al otro lado del teléfono. — Cuando terminé el intenso discurso, él se quedó en silencio y al cabo de unos segundos habló y me empezó a decir que lo sentía, que se había comportado fatal y que se arrepentía mucho y él también lloró. — Hice una pausa porque no sabía si me estaba escuchando, ya que no se oía nada.

— Vamos, que tú le diste la bronca y él se disculpó suplicándote que le perdonaras — Dijo y yo me empecé a reír, las dos personas de mi lado se miraban entre sí sin saber qué pasaba hasta que volví a hablar y se rieron.

— No me suplicó que le perdonara — Dije aun riéndome — Al final él me preguntó a ver si me podía confesar una cosa, a lo que yo respondí que sí y resultó que se me declaró, me dijo que le gustaba muchísimo y que no sabía como remediarlo.

— ¿¡Qué?! — gritó sorprendido — ¿Se te declaró?

— Sí — dije tímidamente — Y yo le dije lo mismo.

— ¿¡Qué, qué?! — se sorprendió aún más.

— No grites, que me dejas sorda — Le ordené separándome el móvil de la oreja — Y esto no es lo mejor.

— ¿Hay algo mejor?

— Sí, nos besamos — Le contesté en un susurro.

— ¡Aaahhh! — Gritó emocionado — Lo sabía, lo sabía, lo sabía. Es que siempre tengo razón, soy el sabio Krufy — Sentenció y yo me reí — Escúchame, como vuelvas y no estéis juntos, voy a coger un vuelo hacia donde esté él en ese momento, le voy a ordenar que te lo pida, y no de la mejor manera — Amenazó en broma — Así que ya sabes que tienes que hacer.

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