╰┈➤ Como llegamos ahí? fácil, la dichosa cita por fin había llegado en forma de pregunta por la boca del Subinspector en una jordana de patrullaje con el rubio, quien mientras el conducía se armo de valor para "soltar la bomba" que para el mayor fue así cuándo se lo pregunto en plena persecución contra el cabeza de limón.
El rubio casi vuelca el coche por la sorpresa de lo que sin ningún tacto soltó su acompañante, quien se llevo un gilipollas por hacerle perder al limón. Pero eso no es lo importante si no el momento donde se dio cuenta que el rubio no lo miraba, creyó que estaba enojado pero cuándo vio el sonrojo en su oreja rio de forma ruidosa pidiendo perdón cuando el rubio trato de golpearlo.
¿Cómo llegamos a la playa?, bueno, el Subinspector preparo una pequeña cena en la playa para sorprender al oji azul... Bueno en realidad la reservación que había hecho en el restaurante de comida italiana no apareció en el sistema y el rubio lo tomo de la mano arrastrándolo hacia la playa que no quedaba muy lejos.
Mientras caminaban por la playa tomados de la mano, el rubio noto el silencio de su ruidosa cita quien estaba sumido en sus pensamientos.
— No le des tantas vueltas, no es tu culpa que el sistema en esta ciudad sea una mierda. — Sonrío victorioso al escuchar reír al menor pero no contaba con esa sonrisa tan sincera que tanto le gustaba de el, la forma en la que sus ojos lo miraban sentía que le pedían perdón
— Lamento si no es la cita perfecta que te mereces...— volvió a bajar la mirada
— Dudaba si eras gilipollas pero ya me quedo claro. —Agarro a las mejillas del mas alto obligándolo a mirarlo—¿Por que en vez de disculparte no te callas y me besas de una vez por todas?—
James se quedaría hipnotizado por la vista de esos hermosos ojos azules, con el mar de fondo, iluminado por la luz de la luna pero ya luego tendría tiempo para eso y no dudo en cerrar sus ojos y disfrutar del dulce sabor de aquellos labios rotos que quería reparar a con los suyos.
Fue un beso lento sin prisa para tener el tiempo de resguardarlo para siempre en sus memorias, repetir el roce de sus labios y revivir esas primeras sensaciones al separarse y perderse en los ojos del contrario, con el sonido de las olas ahogando cualquier pensamiento y la luna como intima confidente de este encuentro.
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