╰┈➤No es una sorpresa que al Inspector Jefe no le interese nada ni nadie, ni siquiera para el, hasta que empezó a prestarle mas atención al Subinspector de ojos cafés, Gustabo debía recalcarle a Isidoro que no significaba nada, cada que este lo molestaba al no prestarle atención por ver al morocho.
El no esta acostumbrado a lo hipnotizantes que pueden ser los ojos del menor, a las manos sudorosas cuando este lo pone nervioso, o el acelerado ritmo de su corazón cada vez que el contrario lo llama de esa forma. Creía que se estaba volviendo loco o tal vez tan tonto como Isidoro con las mujeres.
El rubio sabe lo que es estar enamorado por rodearse de personas que lo experimentan a diario, mas nunca a sido el mismo. Le asusta aceptarlo, le asusta sentir tanto a la vez que le asusta no ser correspondido.
El Gustabo del pasado no hubiera dudado en alejarse e intentar beber litros de agua buscando ahogar a las molestas mariposas, pero este Gustabo esta decidido a intentar una segunda oportunidad de ser feliz, y la agradable aura del Subinspector solo las alborotaba mas, podría jurar que las primeras sensaciones son las mas problemáticas para su poca experiencia en el amor.
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