Got me where you want me on this twisted ride
Bite me on the lips, a false paradise
I should walk away, keep running for my life
It's taking a hold this time
Baby, I'm still locked on you
Got a lust, got a touch that I can't seem to lose
Baby, I'm still locked on you
Got a curse, yeah it hurts but I can't seem to leave
You got me where you want me on this twisted ride
Bite me on the lips, a false paradise
Baby, I'm still locked on you
Got a curse and it hurts but I can never break through–Has sido la mejor compañera y mentora que un ángel transformado en parca podría desear –le dijo Liseth a Cassidy entretanto la envolvía en un abrazo que la de cabello plateado aceptó sin protestar–. Te voy a echar mucho de menos.
–Puede que nos volvamos a ver –le dijo Cassidy una vez deshecho el abrazo, pero aun sujetando cada una las manos de la otra.
–Sí, puede. Pero admite que me echarás de menos o te amarraré a esa silla y no dejaré que te marches.
–Te echaré de menos, Lis –admitió Cassidy. Extrañaría aquellos risos alborotados y exóticos, los regaños ocultos tras su mirada acusadora y los globos de goma de mascar; sus anécdotas repetitivas de cuando era ángel, cómo llegaba afectada con ciertos trabajos, cómo evitaba hablar de aquella demonio aunque sacaba mucho el tema, la forma en la que se paraba cuando recibía una orden y el sentido del humor con el que disimulaba situaciones incómodas. Extrañaría las charlas, las risas, dar y escuchar detalles del trabajo. Extrañaría a la única a la que le importaba un pimiento lo que el resto de parcas comentaban sobre ella. Extrañaría lo más parecido a una amiga que había tenido en toda su existencia, contando sus 19 años como humana.
–Ahora di que lo dices en serio y no porque te amenacé –ambas sonrieron.
–Lo digo en serio, además, no me hubieras podido atar aunque quisieras.
–Subestimas el poder de mis encantos. –Liseth balanceó el agarre de sus manos con las de Cassidy de forma infantil y le dio un beso en la mejilla–. Por favor, cuídate, dondequiera que vayas.
–¿Estás segura de ésto? –Roxanett las interrumpió con su pregunta.
–Totalmente –aseguró Cassidy, luego de soltar a Liseth y fijar la vista en la Parca Mayor, su jefa, su creadora, su madre en el otro mundo.
–Pues Jaime Metsh será tu último trabajo.
Cassidy se acercó a ella, despacio, queriendo memorizar cada rasgo. El cabello extremadamente corto, los ojos de iris rojo y cornea negra, el humo negro, amplio y majestuoso a sus pies, la piel blanca a nivel inverosímil con venas oscuras surcando su cuello cual porcelana rota, esa mirada que podía ser dulce y severa a la vez. Había cambiado mucho desde la primera vez que la vio, cuando se disculpó por tener que llevarse a Vince. Ya ninguna de las dos podía asegurar cuánto tiempo había pasado, pero ambas recordaban aquel día. Cassidy la abrazó por la cintura y Roxanett le besó la coronilla.
–Ay, mi niña, –dijo la Parca Mayor para sorpresa de todas, incluida ella misma –que extraordinario ha sido tenerte por aquí este tiempo. Espero puedas llegar a donde te correspondía si yo no hubiese interferido en tu tránsito.
–Agradezco hayas interferido. Ha sido bueno estar aquí.
–Pero ya has tenido suficiente.
–Me has enseñado mucho, y el trabajo nunca me molestó, pero siempre he sido la más débil entre todas las parcas, el objeto de burlas y comentarios –dijo Cassidy, aún abrazada a Roxanett pero viéndola a los ojos–. Siempre me sentí fuera de lugar porque realmente lo estaba. Quiero ver qué me espera del otro lado. En el fondo soy una privilegiada. Ninguna otra humana puede decir que vivió décadas en el velo y se llevó a otros de su especie –las tres sonrieron. Cassidy era especial. Lo había sido como humana, lo era como parca y lo sería allá donde llegase una vez atravesara el velo.
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Las parcas tienen nombre
Short StoryJaime tiene a la muerte respirándole en la nuca, pero se niega a sentirlo. Emplea el tiempo que le queda en intentar conocerla. Cuando la Muerte te reclama, una parca te lleva al otro lado. Cassidy es la parca encargada del hospital donde Jaime se r...