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HyunJin abrazaba sus pequeñas piernas con fuerza, se intentaba esconder de aquellos señores que estaban eligiendo a los niños como si fueran simples frutas de mercado.
El solo tenía 4 años, era muy pequeño. Pero aún así entendió que nada volvería a ser igual, que ya no vería con su hermana Yeji o a sus papás peleando por su atención.
Ahora estaba encerrado en ese feo cuarto, junto a otros niños igual de asustados que él. Todos temblando de miedo, lloraban e incluso unos estaban Inconscientes por el susto.
El Pelirosa no dudaba de que el fuera uno de esos, sentía su cuerpo fallar. Su cuerpo parecía no querer corresponder, tal vez pronto perdería la conciencia.
Alzó la mirada cuando un Alfa de cabellos negros se paró delante de él. Este lo vio de arriba a abajo y lo agarro de su bracito con fuerza, comenzando a jalar de este hasta la salida, ignorando los chillidos del niño para que lo soltaran.
─¿No esta muy pequeño?─ pregunto otro doctor de cabello blanco cuando andaban en un cuarto diferente, todo oscuro y lleno de cosas que tenían los hospitales.
─Acercate.─ El Alfa, que aún traía agarrado a HyunJin de su brazo hablo.
El chico de hebras blancas se acercó confundido, escuchando los sollozos del niño y como pedía a sus padres en voz baja.
Pero eso no llamo la atención del peliblanco realmente.
Era aquel peculiar olor dulzón. Los Alfas tenían olores fuertes y cítricos, en ocasiones solían ser dulces pero sin exagerar. En cambio, los olores de los Omegas eran dulces y en ocasiones empalagosos.
Cómo el del Pelirosa.
─En un Omega─ dice el doctor de cabellos blancos.
─No me había dado cuenta Jay─ rueda los ojos el Alfa moreno. ─Debemos matarlo, no nos va a servir.
─N-no…no─ chillo HyunJin en voz baja.
El quería regresar con sus padres y presumir que pudo ir a la tienda solito, que había traído muchos dulces para su hermana y para él.
─¿Matarlo?─ Jay pregunta a la defensiva ─Nam, el niño no pasa de los 5 años.
─¿5 años?─ pregunta el Alfa moreno, soltando al Omega quien cayó con fuerza al piso.
Aún sollozando y abrazándose a si mismo del miedo. Se hizo bolita en el piso intentando protegerse.
Sentía que sus bracitos era lo único seguro en aquel cuarto. En aquel lugar en general.
─Si, se supone que debía estar aquí unos tres o cuatro años hasta que se presentará para ver qué hacíamos.─ Jay intenta acercarse, pero el Omega comienza a retroceder asustado. ─Despertó su subgénero mucho antes.
