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El gran día había llegado. Por fin escaparían de Paradise.
Era un día muy importante donde todos estaban ansiosos. Un solo error y eso podría costar la vida de pequeños inocentes.
Los niños más pequeños ya estaban informados de lo que iba a suceder, HyunJin les explico cuando fue a visitarlos. Asegurándose de que ellos hicieran caso a todo lo que él diga si deseaban volver con sus padres.
Obviamente todos aceptaron.
Por otro lado, los nuevos amigos de HyunJin estaban más que listos para esperar la señal que daría el Omega.
Al estar encerrados en un cuarto con solo paredes blancas y una molesta luz brillante, nunca sabian cuánto tiempo pasaba o si quiera si era de día o noche. Habían perdido la noción de tiempo.
Por lo que HyunJin era el único que podía decirles si era de día o noche, aunque casi nunca preguntaban ya que eso significaba que habían pasado otro día en aquel lugar horrible.
Pero por fin después de mucha espera y sufrimiento todos volverían con sus familias.
Tenían que volver con ellos, tenían que volver a su vida de antes.
Tenían que ayudar a los niños, tenían que vengar a aquellos pequeños niños que murieron en esas pruebas y nunca volvieron con su familia.
Tenían que ayudar al bonito y amable Omega que estaba sacrificando su vida por ayudarlos a regresar con sus familias.
Ellos tenían un plan y una meta en común.
Salir todos vivos. Sin ninguna perdida.
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HyunJin se miraba al espejo en silencio, viendo atentamente su reflejo sin decir alguna palabra.
Vestía un vestido liso de color blanco, largo que llegaba hasta sus tobillos y dejaba descubierta una de sus piernas, los tirantes se cruzaban en su cuello desnudo, cubriendo su piel blanca. Era un vestido muy bonito, que combinaba a la perfección con la costosa joyería que Junghyung le había regalado a juego. Esa noche se sentía un poco más bonito de lo que se ha sentido en años.
Su mente estaba en blanco en esos momentos, hoy era el gran día, por fin volvería con su familia, por fin dejaría de estar al lado de Junghyung, aquel Alfa que tanto daño le había hecho.
Pero…
No estaba feliz.
¿Tendría que estarlo, no?. Por fin volvería con su familia, por fin estaría en los brazos de sus padres, viviendo una vida normal. Tal vez dando en adopción a aquel inocente cachorro que estaba en su vientre.
