Grace_6

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He llegado al refugio, justo para ver el amanecer. Por afuera se ve como una casa de los suburbios con un amplio garaje, pero no creo que esa casa sea el refugio, es muy obvio cuando alrededor solo hay casas abandonadas. Creo que la puerta del garaje tiene un sensor especial o algo así, la puerta se abre de manera automática cuando acerco el carro al garaje. Entro al garaje y la puerta se cierra, y todavía se cierra otra puerta de metal que no vi. No hay casi nada en el garaje, solo hay un elevador industrial, de esos que se utilizan en las fábricas y que soportan un montón de peso. Ojalá el carro pudiera entrar a ese elevador, pero ni siquiera entra la mitad del carro puede entrar, creo que sí tendré que cargar a Alex y su mochila que se ve como si tuviera hasta una casa metida ahí dentro. Primero levanto la pesada mochila y la arrastro hacía el elevador industrial, me pregunto por qué no se ha roto. Pongo la mochila al borde del elevador y vuelvo para cargar a Alex. Como ya estamos en el refugio me puedo dar el lujo de revisar que hay en el carro y bajarlo, bajo todas las provisiones y nuestros celulares, aunque la mano del robot ese la piso hasta hacerlo pedazos por si nos están rastreando o algo, no debo dejar que nos puedan rastrear, estamos en un lugar seguro y Alex todavía está apagado. Inmediatamente me surge una gran, gran idea; puedo pedirle a Alex que me ayude a pelear, aunque sea que pueda saber todo sobre la defensa personal y poder aplicarlo si es necesario.

Me encanta esa idea, pero de momento debo cargarlo al verdadero refugio y repararlo, es eso o esperar a que mi tutor haga un cuerpo nuevo para Alex, lo que no es nada posible en cinco meses y con una enorme amenaza de muerte. Como arrastrarlo podía desgastar sus cables y mecanismos, tengo que cargarlo como si tuviera una pierna lastimada. Pongo su brazo en mi hombro izquierdo y avanzo hacia el elevador, mientras lo hago evito mirar su rostro porque todavía recuerdo como me dijo que estaría bien antes de apagarse y caer al suelo. Lo pongo a la mitad del elevador, y como tiene barandales especiales para evitar lesionados decido recargarlo ahí, como si fuera un muñeco tamaño real como una película de una niña que gracias a un ritual hace que su muñeca cobre vida o algo así, aunque en este caso no era un androide masculino y solo era una muñeca genérica. El elevador se activa cuando paso mi mano por un identificador de huellas digitales, me pregunto qué hubiera hecho Alex si no hubiéramos sido atacados, tal vez si tenga huellas digitales y no lo noté, tiene venas pintadas y parece a un chico de mi edad con mucha exactitud.

Mientras el elevador va bajando trato de imaginar cómo se verá el refugio, tal vez sea de esos bunkers para millonarios que parece una mansión enterrada o son de esos bunkers con unas cuantas habitaciones y con un solo baño para no hacerlo tan exagerado, eso tendría sentido porque en una situación de emergencia no quieres jugar videojuegos o poner música a todo volumen, aunque mi situación no es de sobrevivir a un apocalipsis. Finalmente se ve un rastro de luz en la parte de abajo, no es muy profundo como yo pensaba y tenga ventanas con camuflaje o haya luces muy fuertes que se activen cuando el elevador se mueve, pero me conformo con haber llegado al lugar sin una herida grave y en el caso de Alex que haya llegado en una pieza; está apagado y con daños graves, pero por lo menos puedo repararlo sin tantos problemas.

El elevador para y veo un espacio muy bien decorado, se siente como si fuera una casa, e incluso Alex y yo tenemos nuestras propias habitaciones con letreros en las puertas. Hay una gran sala con cuatro estanterías llenas de libros y hay un enorme muro en medio de la sala, en la parte que está al frente de mí están las estanterías y hay materiales para pintar en unas cuantas cajas, pues hay soportes especiales colocar cuadros para pintar a voluntad y hay unos cuantos juegos de mesa. Aparte de nuestras habitaciones, también hay una cocina, un baño y otras dos puertas que tienen candados con clave. Arriba del elevador se cierra otra puerta que parece ser imposible de atravesar, posiblemente para evitar que alguien peligroso entre a este lugar. Dejo todas las cosas y decido explorar todo el lugar, que es de un buen tamaño y no es un bunker de millonarios o una simple habitación. Del otro lado del muro hay una enorme ventana que da al acantilado que hay al frente, pero es de un material que se utiliza para no revelar que hay dentro y tiene ramas y plantas en los bordes para simular que no hay un refugio seguro. Al lado derecho abro la primera puerta y encuentro una gran cocina con varias repisas llenas de comida, creo que sí exageraba al pensar que solo había comida deshidratada o en polvo. Por lo menos ya traje más provisiones por si acaso y hay muchos recursos para varias semanas. Salgo de la cocina y entro a la siguiente puerta, que afortunadamente es el laboratorio. El laboratorio es algo pequeño, pero tiene un montón de herramientas y lo que se puede ocupar para reparar a Alex, incluso tiene una cápsula futurista donde puede que Alex pueda entrar y tal vez sea diseñada para él. Cierro la puerta con muchísimo cuidado para evitar romper algo, puede que una herramienta o repuesto que podría ser necesario y vital por si ocurre un desastre en este lugar. En la tercera y última puerta en la derecha está justo lo que necesito, un lugar grande que parece ser una sala de entrenamiento. En un estante hay ropa deportiva para mí en todos los colores y hay tenis deportivos en la parte de abajo, aunque también hay unos cuantos tenis deportivos para Alex, por alguna razón. Como no podría faltar, hay un enorme bidón para rellenar las botellas que hay alrededor de este y tiene una pequeña mesa con barritas nutritivas. Lo que más me impresiona es el espacio para entrenar, cuyos bordes son luces azul neón que combina con la alfombra morada con un círculo rojo en el centro. Cierro la puerta y saco mi celular, que increíblemente tiene muy buena señal, para avisar a mi tutor que ya he llegado al refugio y que me dé las instrucciones para reparar a Alex.

— Señor Redfield, ya estoy en el refugio al igual que Alex. Por cierto, el lugar está muy bien decorado y distribuido.

— Bien hecho, Grace. Y gracias por gustarte el acomodo del refugio, lo hice pensando en cómo se ajustaría para ti y mi chico. Ahora vayamos a lo complicado, repararlo.

Como pensaba, primero tengo que ir al laboratorio para recoger varios repuestos tras enviarle a mi tutor las fotos de los daños, que son de un cable roto en su espalda y varias piezas en un pequeño sitio a la mitad de su abdomen, justo debajo de sus músculos de metal. Aunque soy muy buena en la robótica, nunca tuve en cuenta que algún día tendría que reparar un androide muy futurista. Lo primero que debo hacer es tomar unas pinzas y cortar el cable rojo que tomé para reemplazar el cable roto y cortar las orillas de los cables rotos para soldarlos y cubrirlos con un tubo de plástico que ajusto calentando el plástico. Por lo menos la primera parte resultó ser demasiado sencillo, solo es soldar un cable roto y ya, pero arreglar el panel de control, como se llama según mi tutor, definitivamente me pone nerviosa porque un simple error puede significar dañar a Alex e incluso dejarlo inservible y sin opción de repararlo y hacer que funcione. Lo siguiente que no es tan difícil es reemplazar las dos tarjetas de datos que están muy dañadas por otra tarjeta que no esté destrozada y que sea del mismo tamaño y etiqueta para no combinar los datos. Son dos tarjetas, la primera es una pequeña de etiqueta verde con unos daños en los bordes y la otra es una tarjeta grande con una etiqueta roja y otra azul que está partida a la mitad por el corte diagonal que le dio ese robot. Sacar la tarjeta verde es pan comido por lo poco dañada que está, saco la tarjeta y la guardo en mi bolsillo para inspeccionarla en otro momento. La otra tarjeta es difícil de sacar, se deben de sacar ambas piezas sin presionar el centro porque ahí está el lector de esas tarjetas y si se daña tardaré más tiempo, pero es posible hacerlo por los bordes, ahí no hay nada que pueda averiarse o dañarse horriblemente con solo presionar la zona. No creo que pueda analizar la tarjeta porque al sacarla se rompe aún más, así que continúo reemplazando la batería que parece a punto de estallar por lo maltratada que está, aunque mi tutor me dice que solo es posible si se le agregan unas cuantas piezas, la batería es del tamaño de un celular de ladrillo que se usaban antes y la remplazo por una totalmente nueva que no parece haber sido usada y remplazo unos tres fusibles que se fundieron por el mal funcionamiento y no por el enorme corte que hizo el robot.

— Bien hecho, Grace. Por lo que veo solo necesitará cargarse por el resto del día y mañana se active por sí mismo, una gran función que sirve mucho.

— Gracias, creo que hice un buen trabajo. Para tener que reparar a un androide fue más fácil de lo que pensaba.

— Aprendes muy rápido, a un amigo que ya sacó su propio prototipo le fue más difícil, pero ahora ya es muy bueno en esto, su ginoide es muy famosa.

— ¿Eres amigo del creador de Sofía, el robot?

— Claro, ambos nos apoyamos mientras creábamos a nuestras creaciones. Volviendo a mi chico, revisa su programación para ver si hay un daño en el sistema y ver que sus nuevos repuestos están funcionando.

Reviso su enorme software para ver si tiene fallas y no encuentro alguna falla de ningún tipo, pero algo que me llama la atención es que Alex no tiene códigos de programación para mostrar expresiones faciales, mi tutor dice que no lo ha desarrollado porque primero quiere darle emociones y todo eso. Le pregunto si puedo ponerle un código para que no tenga la misma expresión de siempre, a lo que él accede. Termino en poco tiempo el código y rápidamente lo inserto en su programación y lo desconecto para que se cargue en su cápsula especial. Ya está listo, pronto va activarse y podremos lograr nuestros nuevos objetivos.

Androide 501Donde viven las historias. Descúbrelo ahora