Capítulo 2

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Ni Vernon, ni Petunia, se preguntaron por qué podían ver el Caldero Chorreante ya que pensaban que todos podían acceder al lugar. Lo que era parcialmente cierto, pero dentro de poco sabrían algo sobre ellos mismos que no podían imaginar. Mientras tanto, Petunia llevaba a Harry en brazos y Vernon a Dudley. Pidieron ayuda al tabernero para acceder al Callejón Diagon y Petunia recordaba perfectamente que el edificio al fondo del callejón, el de mármol blanco, era el banco.

Vernon trato de no asustarse cuando vio a los Goblins haciendo guardia en las puertas y amablemente les pregunto con quién veían si uno de sus chicos tenía algo. Uno de los guardias parpadeo confundido pero lo dirigió a un Goblin solitario al fondo de los cajeros. Vernon agradeció la ayuda y continuo su camino. Eso le había ganado respeto ante los Goblins a Vernon, pero él estaba ignorante de las cosas.

—Disculpe—Empezó Vernon ante el Goblin—¿Quisiéramos saber si mi sobrino tiene algo a su nombre? Tomamos su tutela y apenas nos dimos cuenta de que sus padres pudieron dejarle algo—.

El Goblin miró de arriba hacia abajo a la pareja y luego observo a los chicos. El de ojos verdes era evidentemente el sobrino, ya que no compartía ningún rasgo con la pareja, a diferencia del otro chico que era todo el padre con el cabello de la madre.

—Se puede. ¿Nombre? —.

—Harry Potter—.

El Goblin dejó caer su pluma de la impresión. No podía ser que esta pareja fueran los guardianes del salvador del mundo mágico. Había mucho aquí que parecía no tener sentido. ¿Por fin habrían recibido la citación? No, el hombre acababa de decir que "apenas" pensaron en que el niño pudiera tener algo a su nombre. ¿Eso quería decir que ignoraban el estatus social de su sobrino?

Este Goblin, Griphook, apenas había empezado este trabajo y ya estaba teniendo una de las más duras pruebas que hubiera enfrentado. Ciertamente estas personas no parecían compartir sangre con Harry Potter, pero el niño se veía cómodo con ellos.

El niño tendría debería tener 3 años, a meses de cumplir los 4. Veía todo a su alrededor con interés, al igual que su primo. Ambos niños estaban distraídos y los adultos se veían nerviosos—Permítame un momento, ¿Señor...? —.

—Dursley—.

—Bien Señor Dursley, mi nombre es Griphook, permítame un momento. Para abrir el archivo de su sobrino, debemos hacer una verificación de identidad y debo preparar un pequeño ritual. Requerirá un par de gotas de sangre del niño, pero se curará de inmediato el pinchazo—.

Vernon pareció sopesar las opciones en su cabeza, pero decidió que unas gotas de sangre no sonaban a algo tan descabellado en este mundo cuando en su mundo con unas gotas de sangre podían identificar a criminales de forma global. Estos Goblins debían tener algún hechizo o algo que con la sangre dijera que su sobrino era quien ellos decían que era.

—De acuerdo—.

—Perfecto, si me siguen por favor. Los llevaré a una de nuestras salas de espera—.

Griphook hizo un ademán con su mano y de la pared lisa de mármol, apareció una puerta ornamentada que se abrió y por la cual pasaron. Los demás clientes del banco se preguntaron quién sería este cliente importante, ya que los Goblins difícilmente abrían la puerta de mármol, excepto para magos ultra-ricos o dignatarios extranjeros. Afortunadamente para los Dursley, los hechizos de Gringotts evitaban que nadie, excepto el cliente y los Goblins, supieran quién hacía que en el banco.

Vernon y Petunia ciertamente estaban asombrados de la sala de espera, ya que era muy elegante y tenía un servicio de té que haría palidecer al del Ritz. Los niños, siendo niños, no se asombraron más que cuando entraron al banco y se fijaron más en las galletas y pasteles del servicio de té.

A Clockwork WizardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora