Abril González, actriz e hija de una famosa directora de cine, se adentrará en una nueva aventura al participar en una película con su mejor amigo. Esto causaría confusiones entre ellos.
¿Realmente existen los mejores amigos? ¿O solo son hombres pac...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Abril:
El rodaje de hoy acaba de finalizar, luego de aquella escena el ambiente en el set es extraño, algo incómodo, todos pueden sentir la tensión que hay entre Enzo y yo, los únicos que no nos queremos dar cuenta, somos nosotros mismos.
Mi madre quedó muy feliz con aquella escena, solo fue necesario grabarla una sola vez, ya que ella me mencionó de la notoria química entre Enzo y yo. Simplemente, tome su comentario desapercibidamente, ella siempre creyó que Enzo y yo terminaríamos juntos de alguna forma, pero yo no lo veo de esa manera.
El camino a casa fue silencioso, de no ser por las canciones de Taylor Swift que sonaban gracias a mi playlist.
Enseguida que puse un pie en aquel departamento, comencé a caminar a mi habitación, no quería cruzar la palabra con Enzo, solo es un acto de cobardía, sé que lo soy
Mis pasos eran firmes y acelerados, cuanto menos tiempo estuviera fuera de mi habitación, mejor. Pero la mano de Enzo me detuvo, tomo mi brazo con firmeza y me dio la vuelta quedando de frente.
—¿Me vas a seguir evitando?—pregunto levantando mi mentón, obligándome a ver sus ojos, los cuales brillaban.
—Yo no te estoy evitando, Enzo—respondí y este negó con la cabeza y bufó, él intentaba buscar mi mirada mientras que yo solo miraba cualquier otro lugar que no fuera a él.
—Me miras cuando te hablo, Abril—poso su mano en mi cuello obligándome nuevamente a verlo
—No te hagas la boba, no podés hacerme estas cosas de pendeja—dijo, notaba una gran molestia en su voz.
Sí, es algo inmaduro lo que le estoy haciendo, pero tampoco sé que es lo que debo hacer.
—¿No será que es porque soy una pendeja?—cuestione y me soltó, bufé y me di la vuelta para dirigirme a mi habitación
—Vení para acá, Abril—dijo, pero no le preste atención, tampoco es quién para darme órdenes
Sé lo mucho que le molesta esto, pero sinceramente eso no me importa, estoy cansada y no estoy de humor como para aguantar sus caprichos.
Mañana es el único día de la semana que no tengo nada para hacer, domingo, qué día sagrado.
Un domingo normal sería desayunar con Enzo y luego salir por ahí a hacer cualquier cosa, pero esta vez sé que sería diferente.
Por lo que decidí enviarle un mensaje a Matías, preguntándole si podríamos vernos mañana.
Su respuesta fue un simple “tengo trabajo, bonita”, lo cual me desconcertó un poco, pero decidí que saldría sola, no era mal pasar un rato contigo misma, ¿qué podría salir mal?
Planee ir a una cafetería a desayunar temprano y luego ir de compras, únicamente necesito distraerme un rato y no pensar en todo lo que está pasando en estos momentos.
