Yunho subía los escalones con las piernas temblando y el corazón en la boca. Iba hacia la casa de Mingi.
¡Había recibido una llamada de él!
Pensó que iba a morir de la emoción, aún sigue vivo, pero no por mucho o eso creé, era domingo, el sol brillaba en lo más alto, resplandeciente.
Se supone que era su día libre, y la guardería ese día cerraba temprano, Mingi le había pedido el mismo, por el celular, que fuera a su hogar y cuidara de su hijo.
Se suponía tambien, que Mingi pasaba los domingos con su pequeño, pero había recibido una llamada para algo importante en la empresa que trabajaba. Por eso tenía que salir y no podía dejar a su cachorro solo.
Estaba halago, pues que fuera la primera persona en ser llamada por el azabache para que cuidara de su pequeño mostraba que confiaba en él, Mingi le había dicho que le iba a recompensar después.
Decir que no estaba algo ansioso por eso sería mentira.
Ahora estaba al frente de la casa, tragó saliva fuertemente, con su mano temblorosa tocó el timbre. Esperó unos segundos antes de que la puerta se abriera, era Mingi y tenía su traje a medio arreglar.
—¡Yunnie, me alegra que llegarás tan rápido!— el alfa le dejó lado para que pudiera entrar.
Cuando lo hizo, el aroma a cedro lo golpeó en la cara fuertemente, todo el sitio olía a él, era su territorio y entendía que lo hiciera, también había un ligero aroma a cachorro en el aire, el lugar era espacioso y ordenado.
Mingi era un padre responsable y lo sabía, miró como el mayor acomodaba su corbata y se ponía su chaqueta, de verdad esa junta debía ser importante, pues ese traje de marca negro no era para solo una reunión con amigos.
—Keeho está durmiendo su siesta en el segundo cuarto por el pasillo, también es mi cuarto pero eso no importa, hay papilla en la nevera y unos biberones ya arreglados, cualquier cosa me llamas.— Mingi terminaba de arreglar su traje mientras hablaba, recogió sus llaves y salió por el pasillo hacia la puerta, Yunho miró un maletín sobre una silla, lo tomó y fue tras el.
—¿Ésto no es importante?— Mingi se estaba arreglando los zapatos en la entrada, volteó para verlo y le sonrió.
—Si, gracias Yunnie.— esperó a que estuviera de pié para poder darle el maletín, Mingi lo tomó pero también, pasó una mano atrás de su cuello y lo atrajo hacia el para darle un beso en la frente. —vuelvo a las nueve, lo prometo.
El mayor salió, dejándolo allí en el pasillo con su rostro rojo y su corazón latiendo fuerte en su pecho, la misma sensación cálida de antes se instaló en su estómago.
Volvió despacio por el pasillo, caminó hasta donde estaba el pequeño Keeho, abrió la puerta despacio, casi cae al suelo, el aroma del alfa era mucho más fuerte allí.
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ɱαɱá ☆ Yυɳɠι
FanfictionPorque Yunho, siendo cuidador de cachorros en una guardería, se encariña tanto con el cachorro de uno de sus clientes que él le dice mamá. ☆Gracias a @Zaorycast por dejarme adaptarlo