☆ Una Cita

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—¿De verdad ves tanto a mí pequeño como tú hijo que tu cuerpo respondió a ello?— Yunho tragó saliva como por cuarta vez, sentía su garganta muy seca

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—¿De verdad ves tanto a mí pequeño como tú hijo que tu cuerpo respondió a ello?— Yunho tragó saliva como por cuarta vez, sentía su garganta muy seca.

Asintió despacio ante la pregunta del canadiense, estaban ahora sentados en el comedor de la casa de Mingi, Keeho jugaba en el suelo con unos juguetes.

Mientras que ellos estaban hablando de lo que les habían dicho en el hospital. Ahora Yunho era la madre, no biológica, pero seguía siendo la madre de Keeho, una parte de Yunho estaba contento con eso, pero su parte racional le gritaba.

¡No había tenido ni una cita con Mingi y ya había llegado reclamando su lugar en su pequeña familia!

Si su vida fuera una película como se llamaría, ¿Madre por accidente?, Sonaba justo como le acababa de suceder.

—¿Que harías si te dijera que me mudaré a otro país y me llevaré a Keeho conmigo?— el aire en sus pulmones se detuvo por completo.

Miró al alfa con algo de miedo, estaba serio y con los brazos cruzados sobre su pecho. No podía, Mingi no podía hacerle eso, era su pequeño no podía quitárselo.

Miró al alfa con algo de miedo, estaba serio y con los brazos cruzados sobre su pecho. No podía, Mingi no podía hacerle eso, era su pequeño no podía quitárselo.

—¡Te los prohibo, no puedes llevarte a Keeho lejos de mí!— no supo en que momento se había levantado de su puesto, golpeando la mesa con sus manos y mostraba sus pequeños colmillos a la defensiva.

—¿Baba?— Keeho dejó lo que estaba haciendo para mirar a los mayores, podía sentir el aire de molestía que tenía el omega, daba algo de miedo verlo molesto, eso nunca sucedía. Mingi por su parte solo sonrió, confundiendo más al omega.

—Tanto lo quieres ¿Eh?, ¿Dónde estuviste antes?, Si te hubiera encontrado quizás mi bichito no hubiera sufrido tanto.— Yunho se sintió avergonzado, muy avergonzado, y una parte suya molesta, Mingi le había echo una prueba.

—Yo lo quiero, no pienses en alejarlo de mí.— había formado un lazo con Keeho, si los separaban ambos iban a sufrir bastante. Mingi solo le sonrió, una sonrisa tranquila y leve.

—No lo haré Yunnie, y tú ya no podrás escapar de mí tampoco, no te dejaré ir.— Yunho se sonrojó ante esa declaración, supo leer entre líneas. Una mano pequeña jaló su ropa y miró hacia abajo, Keeho quería subirse a su regazo.

El omega alzó con cuidado al pequeño, la sentó en sus piernas y él giró rápidamente a sus pechos tocando allí, ya era su hora de comer, y desde que empezó a lactar no había tocado sus biberones.

Se alzó la camisa acomodando al pequeño para que pudiera comer comida y tranquilo, Keeho dió un ronroneo complacido mientras succionaba su pezón con ganas.

Yunho sintió como el aroma del alfa se volvía pesado, cargado con un poco de excitación, su boca se hizo agua al oler algo de esa manera. Alzó el rostro para ver al mayor, sus ojos se posaban intensamente sobre el, y no se despegaban de sus pechos.

ɱαɱá ☆ YυɳɠιDonde viven las historias. Descúbrelo ahora