☆ Acuerdo

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Mingi mira al hombre frente a el con rabia contenida, por más que quiera lanzarse sobre el y golpearlo no puede

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Mingi mira al hombre frente a el con rabia contenida, por más que quiera lanzarse sobre el y golpearlo no puede.

Una parte suya no puede creer que le haya demandado, pero el también le había hecho una demanda. Por agresión e intento de secuestro, además de que había pedido una orden de restricción, no lo quería cerca de su hijo, ni cerca de su Omega.

-¡Es mi nieto tengo el derecho de verlo y llevarlo a mi casa si quiero!- el hombre rugió parándose y golpeando las manos en la mesa.

Estaban allí con sus abogados, por su parte, el hombre tenía a Park Jungsoo, un subordinado al cual quería casi como un hijo.

-¡Sus malditos derechos se perdieron cuando la perra de su hija abandonó a mi cachorro, casi muere de una depresión siendo tan pequeño!, ¿¡Usted sabe lo que significa eso!?- Mingi no se quedó atrás, y se puso frente a frente contra el sujeto.

-¡Pues yo no veo que él esté tan mal como para que tengas a otro omega ahora, quien sabe lo que le hará al no ser su cachorro!- exclamó el mayor y Mingi rugió, un fuerte sonido saliendo de su garganta haciendo saber que en cualquier momento le iba a querer bajar la garganta con sus garras.

-Keeho necesitaba de un Omega para avanzar más, y si no fuera por Yunho él ni siquiera sabría hablar ahora, más bien deberías agradecer de ese hecho.- Mingi mostró sus colmillos crecidos, estaba furioso, era todo un padre protegiendo lo suyo en ese instante.

Los demás en la sala sabían no que era una buena idea meterse entre una pelea de alfas, pero si no hacían algo podría haber derramamiento de sangre.

-¡Mingi por favor guarda la calma!- Lee Donghae, el abogado de Mingi, intervino entre ellos, era mejor no dejarlos insultarse más. -tenemos todas las pruebas de lo sucedido en el año y el avance de Keeho, así las cosas están a nuestro favor.

-No quiero que él se acerque a mi hijo, ni a Mí Omega.- el azabache gruñó sentándose de nuevo en la silla, tomó el vaso de agua que estaba a su lado y dió un trago grande, estar frustrado no era algo que a el le gustaba, prefería estar en ese momento metido en el cuello del Omega aspirando su delicioso aroma.

-¡Es mi nieto, y quiero verlo, lo que haga hecho la cobarde de mi hija no tiene nada que ver en ésto!- el alfa dijo sentándose en la silla también, de repente su expresión de furia cambió a una de tristeza. -Yo la convencí de que lo tuviera, como estaba en cinta tenía que estar contigo para que llevara su embarazo, no imaginé que ella se fuera a escapar de esa forma.

Mingi miró al hombre con una ceja alzada, aún no le tenía ni la más mínima confianza, si su hija había hecho tal atrocidad, no imaginaba lo que pudiera hacer él.

-Ella es mi única hija, y tener un nieto de su parte me había hecho muchas ilusiones, por favor, no me quites ese derecho, solo lo he visto una vez.- el abogado de alfa albino solo se mantenía en silencio, dejando que el mayor hablara.

ɱαɱá ☆ YυɳɠιDonde viven las historias. Descúbrelo ahora