ℭ𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 3

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La mente de Brida nunca iba a dejar de sorprenderla. Para bien o para mal.

— Entonces, ambos van a secuestrar a Storri. — no fue una pregunta pero definitivamente estaba esperando algún tipo de confirmación, con la esperanza de haber escuchado bien.

— Si. — aseguró Brida mientras se cambiaba sus ropas.

— ¿Y yo tengo que quedarme aquí? — preguntó indignada. Esta era la oportunidad de su vida para joderle la vida a Storri.

— No. Tú te vas a esperar fuera del bosque. Lista para escapar en caso de que esto salga mal. — explicó Uhtred con una seriedad de que era impropia.

La vista de la menor pasó de uno a otro tratando de buscar piedad en sus ojos, más no encontró ninguna. Ante esto levantó sus brazos en señal de rabia y descontento.

— Anoche te ofrecí mi hacha. — le recordó. — Te aseguro que no fue para que me envíes a trotar por el bosque mientras te cortan la cabeza.

— Esperamos que no llegue a eso. — comentó Brida con preocupación disfrazada de burla.

Uhtred se tomó el momento de acercarse a Ülla y poner sus manos sobre los hombros de la chica. Su cabeza apenas tuvo que encorvarse, gracias a la altura de Ülla.

— Te necesito con vida y a salvo. Volveré pronto, lo prometo. — aseguró. — Mientras tanto esperarás fuera del bosque. Es una orden, Ülla.

Sin lugar a reproche, la menor se alejó de ambos y montó su yegua. Sin decir ni una palabra más, comenzó su camino hacia la salida del bosque.

Los árboles le traían recuerdos. Años atrás cuando estaba en Mercia, en una de las incursiones de Ubba. Ambos a caballo, con un ejército siguiendo sus pasos. Habían logrado reunir a los soldados en una ladera haciéndoles creer que tenían los números para vencer. Sin embargo, Ubba guiaba el doble de hombres por el bosque. Escondidos entre los troncos y la niebla, nadie los veía venir. Cuando el caballo de Ülla llegó a la batalla, los vikingos seguían manteniendo el muro de escudos. Ubba sonrió y levantó su mano alto en el aire. No tuvo que hablar ni sacar su hacha, simplemente dejar caer su mano y por lo menos quinientos hombres salieron del bosque y masacraron a los sajones.

Ülla solía soñar con ese día seguido. Ubba siempre fue una figura importante en su vida, especialmente desde ese día. Mientras sus hombres asesinaban a los Cristianos de Mercia, Ülla le preguntó a Ubba si los Cristianos odiarían a su Dios cuando morían, si ellos creían que los había abandonado en el momento previo a su muerte. Ubba le respondió que esa era la razón por la que perdían, porque le temían a la muerte y la rechazaban.

Ülla, si yo te hago pelear en primera fila en la próxima batalla y mueres... ¿tendrías miedo? — había preguntado Ubba aquella tarde.

— No. Si es lo que los Dioses quieren, entonces no me negaría. — respondió. —Pero- preferiría ir a Valhalla luego de haber conseguido la Gloria. No tengo tantas historias que compartir con los Dioses aún. Los aburriría muy rápido.

Y Ubba río estruendosamente. Ülla sintió un revuelco en el estómago cuando el hombre la miró. Era una expresión que jamás había visto en su rostro. Casi como si estuviera orgulloso, de no ser porque se trataba de Ubba Ragnarson.

— Eso es verdad. Eres muy joven para Valhalla. Yo, por otro lado, tengo historias suficientes para entretener a los dioses. — explicó. Sus ojos volvieron a los restos de la batalla y como sus hombres tomaban prisioneros. Algo brilló en su mirada y Ülla pudo verlo con claridad.

— Yo creo que los dioses tienen más planes para usted. El hombre que lo envíe a Valhalla todavía no debe haber nacido. — y con eso dicho, cabalgó hasta un soldado herido y con rapidez terminó su dolor de un hachazo.

Destiny is All - TLK (The Last Kingdom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora