ℭ𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 5

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— ¿A Readingum? — preguntó Ülla tratando de seguir el paso de Uhtred.

La idea ya le parecía lo suficientemente estúpida pero ahora tenía que soportar ser arrastrada por un muy emocionado Uhtred directo a lo que podría ser su muerte.

— Si, a Readingum. — aseguró su hermano.

— ¿Por qué? — preguntó. Ülla solía fallar seguido en entender a Uhtred y sus ideas. No era nada nuevo para ella. Pero le preocupaba que cada vez se le hacía más difícil coincidir con su hermano.

El chico detuvo su marcha y volteó a ver a su hermana con hastío. Ülla supuso que Brida ya le debía haber dado un sermón.

— Es donde se encuentra Guthrum. — recordó, como si explicarse nuevamente fuera mucho pedir. — Hay que averiguar porque están acampando.

— ¿"Hay que averiguar"? ¿Para Alfred? — cuestionó con impaciencia. Se relamió los labios y respiró hondo, en un pobre intento de recolectar paciencia, antes de continuar. — Entiendo nuestra situación y admito que no soy la mayor partidaria de Guthrum, pero estamos hablando de servir a un Cristiano.

La voz salió con asco, como si el mero pensamiento de tener que servirle a un sajón le provocara náuseas. Uhtred se preguntó si su hermana realmente detestaba a los Cristianos o simplemente repetía lo que Ubba debió haberle enseñado desde pequeña. Y aunque por un momento pensó en comentarlo, decidió mejor no.

— Es la única manera de ganarme su lealtad. — respondió con fastidio.

— Uhtred, ellos no son como nosotros. Los juramentos no valen nada para ellos. — reprochó la chica. Inconscientemente dio un paso hacia el frente.

— ¿Y tú cómo lo sabes? — preguntó Uhtred con ironía.

— He visto muchos Cristianos y ninguno era de fiar.

— Ülla. — llamó Uhtred. Su tono era de advertencia. — Realmente no es el momento para pelear, hermana.

Ülla, lejos de querer dar el brazo a torcer, continuó: — Solo quiero que entiendas en qué nos estamos metiendo. Si decides pelear por los sajones, estarías entrando en una guerra con Ubba. Hay razones por las que nadie quiere pelear con él, Uhtred.

Sus ojos conectaron con los de él y Uhtred no supo descifrar qué tipo de expresión era la que veía. Nunca había visto a Ülla tan exesperada, o al menos no con él.

— Es imposible ganar. Nadie ha vencido a Ubba, jamás. — admitió.

— Entonces tendré que ser el primero. — respondió. Y cansado de discutir, siguió su camino hasta los caballos, donde Brida lo esperaba.

Ülla quedó petrificada en el camino, viendo a su hermano distanciarse. Algo se sacudió dentro suyo, como si los mismos Dioses quieran darle una señal. No sería la primera vez, recordó. Inconscientemente su mirada fue hacia el cielo, y fue ahí cuando vio las alas del Águila sobrevolar el palacio. Si eso no era un presagio, ya no tenía idea de nada. Tal vez los Dioses querían algo peculiar para el destino de su hermano.

Tal vez... el hombre que estaba destinado a matar a Ubba estaba más cerca de lo que jamás había imaginado.

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Los árboles los ocultaban de la vista de todos. Desde la cima de la ladera podían observar el campamento de los daneses. La última vez que había visto tantos guerreros juntos, había sido en Mercia. Incluso así, jamás vio a un ejército tan grande desde la distancia. Las carpas y el humo eran satisfactorias para admirar. Los guerreros se movían como hormigas desde esta distancia. Recuerdos de cabalgar con Ubba volvieron a su mente, pero se obligó a concentrarse en su tarea.

Destiny is All - TLK (The Last Kingdom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora