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15 de Diciembre 2023 Guadalajara, Jalisco
Aspen
Habían pasado unos días desde la ultima vez que vi a Oscar, después de eso no lo volví a ver; al despertar Rosie y Cordelía estaban conmigo. Me explicaron que Checo se había ofrecido a llevarme a su Ciudad natal para pasar unos días con el y su familia, al principio me negué pero el mexicano junto con Max me convencieron.
La familia me recibió muy bien, en especial Carola; era una mujer maravillosa, habíamos llegado hace días y estaba un poco nerviosa. Todos los días mis amigas me mandaban mensajes, mientras que Charles, Carlos y Max me hacían video llamadas; era afortunada en tenerlos.
Por otra parte, después de terminar con Oscar muchos pensamientos aparecieron en mi mente, inseguridades y demás; ahora miraba el frasco de pastillas que había comprado hace semanas, comencé a tomarlas hace poco y esperaba que hicieran efecto, aunque al principio me sentía cansada y mareada, suponía que eran efectos secundarios.
—¡Tia Aspen!—Chequito entro a su habitación con un balón—¿quieres jugar conmigo? papá esta ocupado.
—Claro—sonrío— vamos.
El hijo mayor de los mexicanos corrío por el pasillo; lo seguí y mientras lo hacía escuche unas voces, eran Checo y Carola los cuales hablaban en la cocina.
—No, no le puedes decir; Sergio eso la va afectar, la trajiste aquí para que se olvidara un poco de el.
—Merece saberlo amor.
—No, Aspen merece ser feliz y eso le va a doler—susurro— además la vas a preocupar.
Camine lentamente hacía ellos sin que se dieran cuenta; seguían hablando en voz baja pero podía escucharlos.
—¿Que pasa? ¿esta todo bien?
Ambos se giraron preocupados al verla; Carola miro a su esposo negando con la cabeza pero al piloto de red bull no le quedo más que decir la verdad.
—Esta con Ana; estan en Australia para pasar navidad con la familia de el.
Lo mire sorprendida ¿estaba saliendo con ella? ¿me había olvidado tan rápido? Sacudí mi cabeza, no tenía porque hacer un drama, fui yo la que termino con lo que teníamos; además teníamos una relación de relaciones publicas, el tenía derecho de salir con quien quisiera.
—¿Estas bien?—pregunto Carola.
—Todo bien—sonreí falsamente— ire a jugar con Chequito.
Me di medía vuelta para salir de la cocina; mientras intentaba no llorar.
