En el verano todos los niños de la urbanización solíamos jugar a las escondidas por todo el lugar. Era muy divertido. Siempre encontraba la manera de esconderme con el. Hasta que llegó el momento. Recuerdo haber estado muy callados. Las miradas siempre estuvieron presentes. Habrá pasado algo? No recuerdo.
Ya en el quinto grado las cosas cambiaron. Ya éramos más maduros y el no tan inocente. Yo seguía siendo las misma chica: amable, inocente y linda de corazón. Este año si nos tocó en el mismo salón. Nuestra relación tomo un giro inesperado. Todo era más.... intenso. Recuerdo que cada que podíamos nos sentábamos con nuestro grupito de amigos y nos agarrábamos de mano debajo de la mesa de el salon de ciencias. Todo la escuela sabía que yo estaba enamorada de el. Alguna vez fuimos algo? No. Aún así yo tuve algunos novios que siempre terminaban en el olvido después de algunas semanas. Porque siempre fue el...
Habían veces que nos quedábamos en tutorías. Las maestras nos ponían películas y solíamos sentarnos juntos y agarrarnos de mano sin que nadie se diera cuenta. Al salir el era otra persona. Es como si escondiera todo lo que sentía, si es que sentía algo, con esas agarradas de manos. Esas acciones me ponían muy triste y pensativa.
Algunas veces en clase yo salía para ir al baño y tomar agua y el siempre estaba ahí, en la fuente tomando agua. Esto llegó a pasar como 3 veces dentro de 1 semana. Yo solía decir que era el destino. Al vernos solo nos sonreíamos. Yo sonreía pero por dentro tenía TANTAS preguntas... Porque todo era tan confuso? Alguna vez le pregunté? No... nunca fui demasiado valiente para eso. Que hubiera pasado si le hubiera preguntado?
Me lo pregunto al menos 1 vez al mes.