Una joven ángel alegre por los caminos del paraíso, viendo las fuentes de oro y sus ríos. Iba de camino a ver a su querido amiguito Samael.
-(N)! Aquí estoy!-alzó su mirada al frente viendo a Samael, con una cesta en su mano.
Tenían planeado bajar al Edén por primera vez, para tener una tarde juntos en un picnic. La joven de cabellos dorados corrió hacia él una vez lo vio.
-Samael!-se lazo hacia su cuerpo, rodeando su pecho en un cálido abrazo.
-Tan linda como de costumbre.-acarició su cabello, la muchacha sonrió, apartando su cuerpo de el más mayor al poco rato.
-No puedo esperar a ver el Edén, seguro Padre hizo un trabajo increíble.-habló emocionada por ver el lugar.
-No sería de extrañar, todo lo que hace Padre es perfecto.-susurró soltando un suspiro, sin apartar sus ojos de la fémina.
-Vamos Samael, no perdamos el tiempo.-habló extasiada, comenzando a correr hacia el portal que daba al Edén.
Con una sonrisa enternecida el joven siguió a su compañera, tomando su mano antes de que esta pudiera hacer algo.
-No vayas tan rápido, puede ser peligroso, toma mi mano, si?-el joven le regaló una sonrisa a su amiga.
-Si..-soltó en voz suave, la pobre muchacha moría de vergüenza por dentro, sintiendo la calidez de la mano de su acompañante.
El Seraphine de seis alas no puso evitar esbozar una sonrisa, su plan simplemente fue agarrar la mano de la mujer, realmente no había ningún peligro.
-Mira Samael! Es la flor que hice junto a Padre! Él realmente la puso en el Edén.-tomó la flor entre sus manos y la acercó al rostro del chico.
-Eres muy afortunada manzanita.-con su dedo índice acarició la mejilla de la mujer.
-Manzanita?-preguntó sorprendida mirando al hombre frente a ella.
-Es un apodo, no te gusta?-preguntó son una sonrisa tranquila en su rostro.
-Si, pero por qué manzanita?-la joven lograba ser muy curiosa en algunas ocasiones.
-Me gustan las manzanas y también también me gustas tú, así que pensé que ese apodo te vendría como anillo al dedo.-tomó un alimento de la cesta que había llevado.
-Que cosas dices Samael.-tartamudeo la joven, completamente nerviosa.
-Vamos, entre los ángeles, eres mi favorita.-
-De verdad?-cuestionó incrédula.
-Claro que si manzanita.-tomó un cabello de la fémina y lo acarició para ponerlo detrás de su oreja.
Pronto los colores se subieron al rostro de la pobre hembra, pocas veces tenía este tipo de interacción con alguien más.
-Mira (N) un pato!-grito rápidamente emocionada Samael.
Se apartó de la muchacha y se lanzó a garrar al pequeño animal, bajo la atenta mirada de su acompañante.
-Te gustan los patos Samael?-preguntó con suavidad.
-Me encantan los patos, amo los patos, son lo mejor de lo mejor.-
La fémina río por el entusiasmo del mayor, girando su rostro en otra dirección comenzando a ver los animales que no había notado antes.
Los dos jóvenes pasaron así la tarde, viendo los nuevos animales creados por Dios, los majestuosos y hermosos que habían llegado a ser.
Poco tiempo después, volvieron juntos al paraíso, de nuevo tomados de la mano, Samael en un intento de ser caballeroso llevó a la chica hasta su casa donde ser hospedada, recibiendo un beso en la mejilla como despedida.
Caminando hacia su hogar, el muchacho acaricio su mejilla, donde había recibido ese beso. La mujer lo hacía sentir cosas nuevas y le provocaba pensamientos impuros que no eran permitidos, pero algo en él no le permitía alejarse de su amado ángel.
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No sé muy bien que estatus ocupaba lucifer en el cielo, pues algunos dicen que era seraphine y otros que era querubine pero no estoy muy segura.Tampoco sé si los ángeles comían y que tipo de alimentos tenían, no suelo ser muy religiosa así que lo que llegue a decir será básicamente mi imaginación y lo que yo veo como cielo.
Espero les guste el primer capítulo y no olvide su estrellita!
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Mi amado ángel 《Lucifer Morningstar x Fem!Reader》
RomanceEres un ángel, la favorita de Dios con el cuál creabas las flores para el Edén, terminas enamorada de Samael, la primera creación de Dios. Pero él toma otro camino