𝑷𝒔𝒆𝒖𝒅𝒐-𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 | ᴘᴊᴍ

🌙 | 15 | Bienvenidos

Capítulo XV
Bienvenidos

Anoche Jimin había tenido un sueño muy extraño.

Había estado soñando con Quincy y con una loba de albina que lo perseguía, él intentaba llegar a con la Omega, pero en el camino, esa loba apareció y luego... ya no podía recordar más allá de eso.

―Pero, ¿Qué diablos? ―comentó abriendo los ojos y quedándose sin palabras al ver que no estaba en su habitación, sino en el garaje.

Se levantó con pesadez del colchón en el que se encontraba e intento reorganizar sus ideas. ¿Cómo había terminado en el garaje? ¿Acaso otra vez esto era culpa de Armin? En definitiva, esto se estaba saliendo de control. Esos transes comenzaban a ocurrirle con más frecuencia y los sueños comenzaban a parecerle una especie de advertencia o premonición.

Tenía que hablar con el señor Kim al respecto. Debía preguntarle por el estado de Quincy en la manada Jung, porque algo en su interior le decía que no estaba para nada bien.

Se quitó la sabana que hacia un pobre intento por cubrirlo del frio, pero se quedó quieto cuando a su espalda, escuchó unos que quejidos y el sonido de sabanas removiéndose.

―Jimin, deja dormir... ―La voz ronca de Yoongi le causó escalofríos en la espalda y lentamente Jimin miró con temor sobre su hombro.

Allí a su lado, Yoongi se encontraba cubierto con la misma sabana que él y la nívea piel de su espalda era lo que antes había creído que era el suave colchón donde descansaba. El pánico lo invadió en ese momento y prácticamente se levantó de un salto del suelo gritando de la conmoción.

―¡AHHH~! ¿¡YOONGI, QUE HACES AQUÍ!?

―¿¡Por qué gritas, idiota!?

El exlobo se levantó también, despertando del todo y cubriéndose las orejas.

―¿QUÉ MIERDA HACES DURMIENDO AQUÍ? ―Le preguntó con desespero y luego se miró a sí mismo con horror―. ¿QUÉ HAGO YO AQUÍ DURMIENDO CONTIGO?

―¿¡TE QUIERES CALLAR!?

―¡NO ME CALLARE HASTA QUE ME EXPLIQUES!

Yoongi se enojó. Ya era suficientemente malo no haber dormido lo suficiente anoche por estar persiguiendo a su lobo interior como para que ahora a Jimin no lo dejara descansar hasta tarde. A grandes zancadas, se dirigió al Pseudo y lo agarró por el cuello mientras lo empujaba contra la pared.

Jimin se había quedado estático por el cambio de actitud del lobo y se quedó aún más quieto cuando Yoongi se acercó hasta su oído y comenzaba a susurrar.

―Hazme el maldito favor de callarte. ―dijo con voz amenazante y Jimin asintió rápidamente. Yoongi sonrió complacido―. Anoche te volvió a dar uno de tus arranques sonámbulos y tuve que salir para detenerte. No fue fácil, pero logré traerte y no quería despertar a nadie al tratar de meterte a la casa, así que decidí dejarte aquí en el garaje conmigo.

―Okey, eso lo entiendo, pero ¿Por qué estábamos durmiendo juntos?

―¿Qué tiene? ―Se encogió de hombros sin entender su incomodidad―. Ya antes hemos dormido juntos, y más de una vez te acorrucabas contra mi pecho.

―Pero antes eras un lobo... ―gruño entre dientes y con las mejillas coloradas―... Ahora ya no.

Yoongi alzo una ceja sin entender la diferencia.

―¿Y?

―¡Pues tu-...! ¡Yo-...! ¡No-...! ¡Ahg! ―Jimin tenía problemas para tratar de explicarle la situación―. ¡Las cosas son diferentes ahora!