𝕊𝔼𝔾𝕌ℕ𝔻𝕆 𝕍𝕀𝔼ℕ𝕋𝕆 •O͜͡N͜͡E͜͡ P͜͡I͜͡E͜͡C͜͡E͜͡ • ❥︎𝙇𝙪𝙛𝙛𝙮 & 𝙕𝙤𝙧𝙤❦︎

Capítulo LI: Engendro Demoníaco

Mientras Iceburg hacía una llamada al banco Water 7 para confirmar el valor acordado del oro del Going Merry, Lucci y Paulie se marcharon para volver al trabajo, este último discutiendo con la paloma del primero todo el rato. Robin los observó marcharse, con una expresión extremadamente perturbada en el rostro, antes de volverse hacia Luffy, con la pregunta claramente escrita en la cara por una vez.

"Hablaremos más tarde, Robin", susurró Luffy. Robin no parecía segura, pero aceptó la promesa y abandonó el tema por el momento. Pero incluso mientras lo hacía, una semilla de duda siempre presente en su mente echó raíces por primera vez en un mes cuando su reciente pesadilla volvió al primer plano de su mente.

"Bueno, parece que tu historia es cierta", se oyó la voz de Iceburg mientras caminaba hacia Nami, cargado con seis grandes maletines con la ayuda de Kalifa y otro ayudante. "Me he tomado la libertad de acceder a la cámara acorazada de la compañía Galley-La. Te los entregaré ahora, y cuando Kaku regrese, haré que organice un equipo para ir a buscar el oro a tu nave. ¿Te parece aceptable?"

"¡Por supuesto!" exclamó Nami alegremente mientras contemplaba la enorme suma de dinero. "¡Gracias por tu ayuda, Iceburg-san!".

Iceburg sudó la gota gorda al ver cómo Nami miraba los maletines con avidez. "Bueno, claro... cuando quieras", dijo.

Los 6 maletines se distribuyeron entre los 4 piratas. En ese momento, Kaku regresó al Muelle 1 y confirmó que su barco era irreparable, para consternación de Usopp. El francotirador procedió entonces a preguntar qué tipos de barcos tenían a la venta, y Kalifa le entregó un folleto con todos los últimos modelos, mientras Iceburg explicaba cada uno en detalle. Mientras tanto, Nami y Usopp escuchaban con atención, Luffy hacía como que escuchaba, pero en realidad no se molestaba, y Robin estaba inmersa en sus propios pensamientos.

Mientras hablaban, dos figuras los observaban desde las sombras, mirando el maletín en la mano de Usopp con mirada depredadora. A medida que se acercaban, Robin los vio y sus ojos se abrieron de par en par. Pero antes de que pudiera actuar, la voz de Luffy se oyó.

"Ni lo intentéis", dijo el capitán con autoridad, sin volverse siquiera. Su voz los dejó helados. Aunque no parecía muy intimidante, la Familia Franky no pudo evitar recordar que se trataba del capitán del hombre que les había pateado el culo. Por ello, empezaron a sudar copiosamente.

Usopp hizo lo mismo al darse la vuelta y darse cuenta de su proximidad. Maldita sea, no debería haberme desconectado... ¡Llevo una fortuna encima!

"Um... ¿hola?" saludó nervioso Zambai, al ver la expresión endurecida en el rostro de Luffy. "Sólo somos los matones de todos los días tratando de ganarse la vida. No hay necesidad de ponerse..."

"Vete a la mierda", interrumpió Luffy, mezclando la orden con un poco de Haki del Conquistador.

Las siguientes acciones de la Familia Franky consistieron precisamente en eso. Mientras corrían, Iceburg suspiró. "La Familia Franky otra vez. Bueno, lo siento. Se sienten atraídos por los objetos de valor como polillas a un farol".

"¿Podemos alegrarnos de que no se hayan hecho con el dinero y dar por zanjado el asunto?". preguntó Kalifa.

"Sí, está bien", dijo Luffy encogiéndose de hombros.

"De todas formas, ¿quiénes son?" preguntó Nami. "No parecen piratas".

"No, no lo son. Oficialmente, son desguazadores de barcos, pero hacen lo que pueden para sacar beneficio. Cazan recompensas, roban, comercian en negro, todo eso. Pero como sólo atacan a los piratas que están de paso, los marines les dejan a su aire. El propio Franky no es fácil de convencer, así que solemos hacer lo mismo, a menos que ataquen a nuestros clientes".