𝗖𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼

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Llegué a casa con una sonrisa de oreja a oreja, como muestra de la felicidad que de mi resplandecía

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Llegué a casa con una sonrisa de oreja a oreja, como muestra de la felicidad que de mi resplandecía.

Entré a la habitación de mi madre y le dí un beso en la mejilla como saludo, ella hizo lo mismo.

- ¿A que se debe esa sonrisa cariño? - Me preguntó curiosa, haciéndome soltar una leve risita.

- No sabes mamá, ¡La sesión de fotos de hoy salió de maravilla! Y no solo eso, me ofrecieron fotos con otro modelo y acepté. - Mamá cambió su expresión a una sorprendida y pronto se volvió de alegría.

- ¡Que bien mi niña! Espero poder verlas antes de todos. - Sonreí y le dí un abrazo antes de darme la vuelta e ir a mi habitación.

Agarré mi teléfono y ví ahí un mensaje de un número desconocido, ya me imaginaba quién era.

Mi mejor amiga, Kayla, ella era la única persona en el mundo que era capaz de sacarme a alguna fiesta, de sacarme de mi casa.

- "Habrá una fiesta en la noche hoy de Georg, te arreglas y te recojo a eso de las 9:00pm."-

Al leer el mensaje solté una risa, parecía mi madre... Tomando decisiones por mí.

¿Una fiesta? Pensé. Realmente no soy fan de estas, todo lo que conlleva ir a una es una completa mierda, pero divertirme no estaría mal.

Me dirigí a mi armario y empecé a buscar algún vestido de noche.

Nada, no usaba ropa para ir se fiestas, solo pantalones, vaqueros, cualquier cosa que no sea corta.

¿Que me iba a poner? No podía llegar a la fiesta con un pantalón, me vería rara.

Tomé mi teléfono y llamé a Kayla, sorprendentemente me contestó en un segundo.

- ¿Que pasa linda? - Me saludó como de costumbre.

- Tengo un problema Kay. - Dije aún mirando mi armario, hecho un completo desastre.

- No tienes ropa para salir, ¿Verdad? - Adivinó. No soy tan predecible, creo.

- ¡Exacto! Joder, ¿Que hago? No puedo ir con jeans a una fiesta... - Me metí un dedo en la boca, empezando a morderme las uñas preocupada.

- No te preocupes por eso Shan, ¡Ven a mi casa! Tengo muchos vestidos que se te verán preciosos. - Me pareció una excelente idea, pero recordé la diferencia entre mi cuerpo y el cuerpo de Kayla.

Principalmente, mi cuerpo era algo alto, y el de Kayla todo lo contrario, cualquier vestido me quedaría realmente corto.

- Ah, pues-.. - Fue interrumpida por su tono más alto.

- Nos vemos en mi casa, ¡No llegues tarde! - Sin decir más, colgó, dejándome con la palabra en la boca.

(...)

Llegué a casa de Kayla, ella me abrió la puerta y me recibió con un abrazo y un beso en la mejilla.

— ¡Vamos! Preparé mucha ropa para ti Shai, de seguro y te gusta alguna... — Me guiñó un ojo con ironía, haciéndome soltar una leve risa.

𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥 𝗛𝗢𝗨𝗥𝗦.mp3 ; 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora