𝗖𝗶𝗻𝗰𝗼

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Se veía jodidamente hermosa, bailando notablemente mareada

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Se veía jodidamente hermosa, bailando notablemente mareada.

Aproveché su estado para acercarme por detrás y pegar ligeramente su cuerpo al mío, pero aún estando borracha seguía siendo esquiva con mi persona.

Me frustraba, nunca en mis putos 16 años de vida alguna chica me había rechazado de tal forma, ya no la veía como una presa, la veía como un trofeo.

— Muñeca ¿quieres que te lleva a casa? Estás muy borracha... — Dije en voz baja, acercándome a su oído.

Ella se volteó, me miró y frunció el ceño.

— ¿Que eres? ¿Mi padre? No necesito que nadie me sirva como guardaespaldas... — Su voz era bastante baja, sus ojos estaban algo rojos, no sabía la razón.

— No quise decir eso, me preocupa que llegues bien a tu casa. — Aprovechando la cercanía, mi mano subió por su costado hasta bajar por su brazo, mis ojos nunca dejaron los suyos.

— Me iré sola.

— No lo permitiré.

— ¡Claro que lo harás! — Exclamó.

— No, no lo haré. — Sonreí mientras veía como su pequeño espíritu luchador atentaba contra mis coqueteos, pero nada me iba a detener.

— Bien, pero solo por hoy.. —  Aceptó finalmente con un suspiro.

Bingo.

— Perfecto, ¿Vamos por otra ronda antes de irnos? — Pregunté señalando con mi mano la barra.

— ¡Si! — Se veía bastante dispuesta.

La tomé de la mano y la llevé a la barra, miré al barrendero y me senté en una de las sillas cercanas.

— Dame otra ronda. — Ordené con una sonrisa, volteando a mirar a Shannon, sus ojos azules irradiaban la emoción por otro trago, ya conocía uno de sus puntos débiles.

Pasaron unos minutos después de tomar otro trago, yo me sentía igual, estaba acostumbrado, pero Shannon parecía bastante perdida de la realidad.

— Y dime... Muñeca. — Rompí el hielo, acomodandome en el sofá más cercano, a su lado.

— ¿Que edad tienes? — Pregunté sacando tema de conversación.

Ella volteó a mirarme, sosteniendo una copa de algo que parecía ser tequila en su mano.

— Tengo 71 años... — Dijo con una arqueada sonrisa.

Reí en voz baja, relamiendo mis labios ansiosamente.

— Soy muuuuuuyy.... Mayor para ti, niño. — Me señaló con el dedo.

— Me gustan mayores. — Afirmé ladeando un poco la cabeza.

(La honesta reacción de Shannon:)

(La honesta reacción de Shannon:)

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𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥 𝗛𝗢𝗨𝗥𝗦.mp3 ; 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora