Capítulo #13

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— Bebé solo tenías que poner menos de la mitad del envase.

—¿Qué no era todo? —La menor volteó a ver la bañera completamente blanca debido a la espuma.— Pero así está bonito, ¿No Satang? Mami Jeong dice que menos es más. —Le dedicó una de sus características sonrisas mostrando sus hoyuelos, algo que hacía cada vez que se equivocaba y su mayor la corregía.

Sana rió negando con la cabeza, se acercó a la menor por detrás, tomándola por la cadera, buscando el borde de su camiseta. Luego de que quitara la prenda, besó su espalda mientras bajaba sus manos por su torso y tomaba el elástico del pantalón.

A la vez que bajaba este, fue descendiendo ella también hasta quedar de rodillas. Besó la parte interior de sus muslos mientras tomaba el filo del pantalón de la pelirroja para terminar de quitarlo. Una vez que la coreana quedó solo en ropa interior, se levantó y comenzó a desvestirse ella con los labios de Jihyo sobre los suyos.

Ahora solo la pelirroja tenía algo que la tapaba, pues Sana se quitó el bóxer.

— Sana, quítemelo

La japonesa obedeció y la tomó por los muslos alzándola y dejándola sobre el lavarropas que se encontraba allí. Se separó para tomar la última prenda y deslizarla por las piernas de la coreana.

Volvió a cargarla y la llevó a la bañadera. En esta, se sentó aún con Jihyo encima, haciendo que quede a horcajadas. La coreana besó todo el rostro de la pelinegra haciendo que esta sonría con ternura. Jihyo tomó el duchador y mojó el pelo de Sana, tirando su cabeza hacia atrás para evitar que le caiga agua en el rostro. Luego colocó shampoo en el cabello de la nipona y comenzó a dar un leve masaje en este. Hacía peinados graciosos y reía ante ello, Sana solo se dejaba hacer ya que, para ella, nada era más importante que ver una sonrisa en el rostro de su novia

Una vez que terminó de lavar el pelo de la japonesa, fue su turno. Sana la hizo girar quedando de espaldas a ella. Procedió a lavar su cabello y cuando terminó la hizo recostarse encima suyo. La espuma había desaparecido y se podían ver los cuerpos de ambas.

Sana tomó el jabón y comenzó a pasarlo por el cuello y pecho de su novia. Fue bajando hasta dar con su intimidad, rozando sus labios haciendo que Jihyo arqueara su espalda, su piel erizándose por el contacto.

— Sana~

— Hyo...— Besó su cabeza.— Formemos un hijo.

Jihyo le dedicó una leve risa y se acomodó mejor para quedar frente a frente. Comenzaron a besarse, Sana acariciando el trasero de la menor y esta última tirando levemente el pelo de la japonesa. La pelinegra hizo que Jihyo se recostara en la bañadera para ponerse entre sus piernas,acercando sus dedos nuevamente acariciandola. La menor se retorcía ante los toques, respiraba pesadamente y le costaba mantener los ojos abiertos. Quiso otorgarle la misma satisfacción a su mayor y tomó su miembro para acariciarlo.

— Bebé el agua se está enfriando, no quiero que enfermes — Dijo luego de haber juntado sus frentes.

— Sana, no te detengas — La coreana levantaba sus caderas buscando más contacto.

— Vamos a la cama.

Sana se levantó rápidamente para tomar una toalla. Ayudó a la pelirroja a salir y comenzó a secar el cuerpo de esta. Cuando rodeó a la menor con la toalla para secar su espalda, esta saltó enrollando sus piernas en la cadera de la nipona.

— Satang, no aguanto, llévame a la cama.

— Tranquila mi vida. —La besó.— Vamos a hacerlo suave.

La respuesta de Jihyo fue dar un mini salto como berrinche y fruncir el ceño. Sana rió ante la actitud y mientras se besaban, la llevó a la cama.

Recostó a Jihyo sin dejar de besarla, llevando sus manos a su cadera para luego frotarse contra ella. Volvió a llevar sus manos hacia los muslos de Jihyo y acarició hasta la parte trasera de la rodilla, la cual tomó para abrir más las piernas de su bebé.

— ¿Lista bebé?

— Siempre cariño.

La pelinegra acercó su rostro al de su novia y comenzó a dar pequeños besos en sus párpados, mejillas y cuello, mientras se introducía en ella, tratando de distraer a la menor del posible dolor. Esperó a que se acostumbrara, observando cómo trataba de regularizar su respiración y mantenía los ojos cerrados. Al abrirlos quedaron viéndose a los ojos por un rato.

— Puedes moverte Satang.

Y así lo hizo, Sana daba lentas y profundas embestidas tratando de no lastimar a su novia. Los gemidos, y las uñas de Jihyo clavándose en su nuca y espalda, hicieron que la mayor comience a aumentar la velocidad.

— ¡Dios mío!, joder sigue a-así, ahh — Gimió al llegar al orgasmo, clavando más fuerte sus uñas en la nuca de Sana. La japonesa dió las últimas embestidas y se desplomó sobre el pecho de la menor cuando se vino dentro de su novia

Se quedaron así, abrazadas, Sana encima de Jihyo con su cabeza en el pecho de la última

— Satang...

— ¿Si, bebé?

— Creo que tenemos que volver a bañarnos.


Mami Jeong dice que... ↺ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora