Quizá no fue una buena idea.
Probablemente no fue una buena idea.
Encontrarme en una encrucijada no es una de mis cosas favoritas en el mundo y mucho menos si tiene que ver con un par de niños. ¿No se supone que los adolescentes son los más fáciles? ¿Escogí mal y justo ellos son la excepción a la regla?
Me siento tan acorralado que cometí errores estúpidos y dos de mis estudiantes me vigilan. Me encontraron varias veces, pero, ¿qué puedo hacer? Es la única forma.
— Hyuck, no puedo hacer nada más.
Trato de sonar deprimido y no exasperado. Al principio creo que funciona, acaricia mi cabello y, aunque detesto la idea de comportarme como un niño, los besos húmedos llenos de mordidas que vienen a continuación son justo lo que buscaba.
Aprieto su cadera y busco pegarle más a mí porque es justo esto lo que quiero, esto en lugar de sus berrinches estúpidos porque no dejo de ver a alguien que incluso yo creí era su amigo.
No me sorprende el cómo se aparta con esa expresión encolerizada que se ha vuelto su marca, pero esperaba un cambio.
— ¡Sólo mátalo! Odio verlo tan sonriente, ¡dijiste que lo ibas a hacer pagar! ¿Disfrutas más de estar con él que conmigo? ¡Si me hicieras caso todo se solucionaría más rápido, sólo necesitas matarlo de una puta vez!
Aprieto mi tabique y decido que no quiero fingir más.
No es que me asuste la idea de matar, mucho menos me parece extraño que se encuentre en el punto en el que preferiría verle muerto, simplemente no estoy en posición de tomar un riesgo como ese, no con él.
— ¿Con esa boquita dices mamá? ¿El niño aprendió a decir groserías y ahora cree que puede hablarme como quiera? Necesito que te comportes, Donghyuck, con la misma facilidad que te tomé, puedo soltarte.
Suspiro agotado, aun más ante su expresión que ahora muestra duda. Me recuerda tanto a mi yo de hace unos años que estoy seguro le estoy haciendo un favor; necesita mantener sus pies en la tierra, tomar una decisión lo más pronto posible y tomarla bien.
— Sí, la verdad es que lo disfruto más porque a diferencia de ti él no me maldice, ni siquiera con la mirada. ¿No puedes parecerte más a él? ¿Reconocer tu lugar, cerrar la boca y hacer lo que te ordeno?
Su ceño fruncido se relaja en extremo y sé que está próximo a llorar, me exaspera aún más y vuelvo a cuestionar porqué lo escogí a él.
Cuando recién llegué a la institución Hyuck era un niño tan bonito, tan sonriente, tan dulce, que no pude evitar desearlo. Las veces que venía llorando, con sus mejillas abultadas y ese lindo tonito en el que me llamaba antes de pedirme que le abrazara y escuchara sus penas.
"Señor Lee, ¿está bien si le digo Mark?" preguntó en una de esas ocasiones y terminó suspirando y sollozando mi nombre mientras me contaba cómo unas niñas lo habían ignorado porque no estaba con su mejor amigo.
No le presté mucha atención a sus palabras, estaba más concentrado pensando en sí se vería igual de bonito repitiendo esas simples acciones en un contexto diferente. Le besé y le hice prometer que no se lo contaría a nadie. Él inocentemente se creyó lo suficientemente grande como para ocultar el secreto.
Se creyó grande para tomarme sin gritar en los baños de la escuela.
Y hoy se cree lo suficientemente grande como para cuestionar y tentar mi paciencia.
Empecé a fijarme en Huang Renjun cuando sus ojitos tímidos y curiosos se movían por la pizarra más rápido que los demás, cuando sus manos reposaban más tiempo en la mesa que las manos de sus compañeros, cuando llamó por primera vez mi nombre un poco confundido pues su amigo me llamó así en vez de "profesor"; admito que fue esa imagen la que me llevó a perdonar el desliz de Hyuck.
Cuando mojaron su camisa y pude ver su bonito cuerpo lleno de moretones. Cuando me miró con vulnerabilidad e inocencia y deseé corromperlo, un ángel no debería estar entre demonios sin saber de lo que estos son capaces.
El pequeño Mark también se creyó lo suficientemente grande para tomar decisiones que no le correspondían; su docente de biología se encargó de destrozar su futuro con nada más que un par de encuentros.
"Siéntate en mi regazo, pequeño" era su frase favorita. Podía sentir su corazón latir alocadamente mientras obedecía sin chistar las palabras de John Suh.
"Es nuestro pequeño secreto" y él estúpidamente creía que era posible.
El día que les descubrieron, John le prometió en secreto que le defendería, que huirían lejos de todos los demás y serían felices. Al día siguiente él fue el primero en empujarle al auto mientras su esposa e hijos le miraban con tanto asco que realmente creyó había sido su culpa.
El internado no fue un mejor lugar.
Acostumbrarse a ser llamado 'marica' frente a todos sus 'compañeros' fue una odisea.
Fue igual, e incluso peor, tener que hacerlo con las visitas de su padre que se basaban, al principio, en un exorcismo; esto hasta que finalmente se rindió y dejó de llevar al sacerdote para darle espacio a las largas horas de charlas en las que el hombre le explicaba cómo podía tomar a alguien sin ser descubierto y mantener una vida normal.
Su actitud mejoró, estaba dispuesto a seguir sus consejos.
"Un hombre hace todo lo que puede por lo que desea, Mark" fueron sus palabras, después de ello no volvió a visitarlo.
La primer vez estuvo asustado, no fue sencillo ganarse la confianza del pequeño Doyoung y convencerle de que no podía decirle nada a nadie. El niño apenas y pasaba los diez mientras él estaba próximo a los dieciocho y el ejército, los pequeños besos no se sentían tan mal pero sabía perfectamente cuál era su objetivo.
El pequeño dodo tendría 22 años, ¿o quizá 23?
Claro, si se hubiese quedado callado y no hubiese tratado de huir.
Recuerda haber limpiado todo lo que pudiese delatarlo y llorar de forma tan desconsolada mientras le cargaba en brazos que todos se creyeron su historia de que cayó y se golpeó la cabeza mientras estaban jugando, fingió tan bien que incluso dio un discurso llamándolo su hermano menor; se ganó una mirada de orgullo de su padre.
No es que no corriera sangre por mis manos, es que no quería la sangre de Huang Renjun en ellas.
Pero, ¿qué tal la de Lee Donghyuck?
Sopesé la idea, le miré unos segundos mientras este seguía llorando y gritando, miré la puerta, las ventanas. No, no era el mejor lugar.
¿Es realmente mi culpa? ¿Está realmente mal pensar este tipo de cosas?
Le suelto mientras trato de justificarme, ¿o le solté mientras trataba de justificarme?
Creo que no entiendo por completo, ¿tú puedes hacerlo?
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Butter(fly) effect.
Random"¿Conoces el efecto mariposa? Permíteme contarte el más grande que conozco." Eres consciente de que todo lo que hagas tendrá repercusiones y dependiendo de si la acción era positiva o negativa, así mismo lo serán las consecuencias. Pero, ¿sabías que...