Viajera del tiempo/La Teoría del Big Bang

Capítulo 10

¡¡¡Advertencia de contenido!!!

Hay una parte un poco explicita, si te incomoda este tipo de escena evita el texto después de esta señal:

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Cuando la escena se termine, cerrará con la siguiente señal:

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Liliana se encontraba en su departamento juntando sus cosas en la puerta para luego llevarlas al primer piso, había quedado con Sheldon de encontrarse en su edificio para irse juntos hacia el aeropuerto, aunque no lo dijera, ir a Suiza junto al de ojos azules le hacía ilusión, puede que lo viese poco tiempo porque tenía otras cosas que hacer por trabajo, pero los pequeños momentos a solas  serían suficientes para ella, intentaría terminar rápido sus quehaceres para disfrutar de algunas actividades turísticas.

Ya lista salió del lugar dirigiéndose al elevador, al abrirse la puerta de este se encontró con una visita muy común pero que no esperaba - ¿Marcus, qué haces aquí? - estaba confundida.

- Bueno, para mi mala o buena suerte, me han pedido que vaya contigo a este viaje - al mencionar esto, movió las maletas que llevaba en sus hombros.

-¿Qué? - la cara de la chica se desfiguró a una confusa y desilusionada mientras iba entrando al elevador - ¿Porqué?

- Como bien sabes, iras con el sujetos principal de nuestra misión, él debe ser vigilado constantemente para verificar que no haga nada que cambie el rumbo de su historia, aunque esto viaje no estaba en su línea temporal - menciona esto ultimo a regañadientes presionando el botón para ir a la Planta Baja - sé que es tú trabajo, pero estarás ocupada, así que tómalo como una pequeña ayuda.

- Pero tú no eres un integrante de campo, eres de análisis de área - no iba a mentir, ella apreciaba su compañía, pero en este momento no deseaba que él fuera.

- Antes era integrante de campo, ¿recuerdas?, gracias a mis capacidades me ascendieron  al análisis de área, pero aún puedo participar en esto - miraba como su amiga empezaba a tener una mirada decaída - ¿qué pasa?. ¿acaso arruine tu viaje romántico? - no quería reírse, pero no podía evitarlo y menos al ver cómo su mejor amiga se ponía tan roja como un tomate. 

La más joven sentía los colores en su rostro, volteo a ver hacía arriba solo para encontrar a su amigo a poco de estallar si no dejaba de contener sus carcajadas que ya empezaban a escaparse.  Antes de tan siquiera pensar en llamarle la atención, las puertas del ascensor se abrieron dejando ver a otros inquilinos del edificio, no tuvo más remedio que mantenerse callada.

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- Sheldon que bien que ya estás aquí - saluda feliz al ver al más alto salir de su edificio.

- Estuve esperando desde hace media hora, no podía contener la emoción y terminé bajando antes de lo planeado - la sonrisa casi se le va al ver a cierto desconocido. 

- Oh, cierto, Sheldon, él es Santiago mi... - respiro hondo - novio.

El ojiazul se sorprendió ante lo dicho, jamás había escuchado acerca de él, parecía extraño que su amiga no le haya dicho informado sobre su existencia, aún así, no pensaba preguntar, por ahora.

- Es un placer Dr. Cooper, Lili me ha hablado mucho sobre usted, será todo un privilegio poder acompañarlos en su aventura - Santiago era una persona mucho más alegre a comparación de Marcus y debía actuar como tal - por favor, no culpe a Liliana por no haberle informado, desde un principio iba a ir, pero tuve trabajo que hacer, creí que no acabaría a tiempo, sin embargo, me tome algunas horas de mi sueño para poder asistir, fue algo repentino - sonrío con pena.

El más alto iba a intervenir, no le gustaba los cambios, pero sabía que podía llegar a sucederle lo mismo que con Leonard, así que mejor se guardó todo comentario y tan solo acepto la asistencia del contrario con una falsa sonrisa no muy bien fingida, ya luego hablaría con "su mejor amiga". Por ahora solo debía intentar aceptar el ir a un viaje con un completo desconocido.

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La horas pasaron, por fin llegaron al hotel, como inicialmente solo iban a ser dos en este viaje, se reservaron exactamente dos habitaciones separadas con camas individuales, aunque eso no fue problema, gracias a los encantos de Santiago, logró que agrandaran una de las camas, estaba claro que él debería compartir con Liliana, ya que Sheldon dejó en claro que dormía solo. Ambos llegaron a la habitación dejando sus cosas junto a la puerta, pronto sus ojos se fijaron en la cama, se voltearon a ver con poca molestia, no sería la primera vez que compartían cama, ya llevaban conociéndose desde hace 10 años, no era extraño ni raro, solo no estaban acostumbrados. 

- Solo espero que tú píe no se clave en mi costilla - menciona el castaño con cansancio.

- Y yo espero no tener que despertar por tus insoportables ronquidos - dice la de ojos negro mientras se quita los pupilentes.

- Al menos yo no invoco demonios al hablar por la noche - ya se estaba acomodando en la cama.

- Yo no hablo al dormir, ¿o si? - pregunta con duda y preocupación.

- Claro que lo haces, me da miedo cuando te empiezas a reír de la nada - eso no era mentira, la primera vez no pudo evitar sentir escalofríos.

Lili se metió entre las sabanas - Bueno, por lo menos tengo sueños felices - termina mientras cierra los ojos para poder descansar - que tengas sueños felices también.

Ante lo dicho, Marcus sonrío - Igualmente, descansa - vio como su amiga empezaba a acurrucarse y conciliar el sueño, él también cerró los ojos dejando que la cama se llevara su cansancio. 

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La manos de Sheldon se metían entre la ropa de Liliana, acariciando cada parte de su cuerpo mientras que la besaba con pasión, entre besos ella intentaba alejarlo, sabía que lo que estaban haciendo no era correcto, sin embargo, no podía evitar sentirse bien.

- Ah... S-Sheldon, détente, Santiago podría llegar en cualquier momento, si nos encuentra así estaremos en muchos problemas, ah... - su cuerpo se sentía cada vez más caliente y sus piernas empezaban a temblar.

- Si ese es el caso, entonces no queda de otra - el mayor alzó su falda, la tomo de las piernas y la cargo hasta que cada pierna se entrelazara en cada extremo de sus caderas  - debemos darnos prisa - le susurro en el oído.

Recargándola sobre la pared, continuó besándola, con agilidad se fue desabrochando el pantalón, en pocos minutos los dos se encontraban disfrutando de aquella satisfactoria unión, el va y viene de sus cuerpos era deleitable, o querían detenerse, pronto, el  resto de ropa fue un estorbo, la tiraron al piso logrando sentirse el uno al otro por completo, la habitación se llenó de dulces gemidos que venían acompañados de la mención del nombre del contrario.

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Su sueño se había sentido tan real que terminó despertándose de forma agitada, el reloj marcaba las dos de la mañana, poco a poco fue recuperando la respiración, volteo a ver a su amigo, le preocupaba haber estado hablando dormida o haber echo algún ruido raro, afortunadamente él parecía estar en el quinto sueño, sus ronquidos eran un alivio para ella, lentamente se levantó de la cama y se dirigió al baño, definitivamente debía hacer algo respecto a estos extraños sueño, ya no podía seguir así.