CITA A CIEGAS

ŌTSUTSUKI TONERI

Disclaimer: los nombres de los personajes que aparecerán pertenecen a Masashi Kishimoto, creador de Naruto, todos los derechos de autor son para él. Yo sólo los uso para crear esta historia :)

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La oscuridad del lugar hacía que la atmósfera fuera aún más misteriosa y desconcertante. Hinata sintió como alguien se acomodó en la silla frente a ella y aún después de que sonó la alarma de comenzar con la cita, su acompañante no decía nada. 

Como la conversación no fluyó de inmediato como lo hizo con los anteriores, el silencio se hizo pesado entre ellos. La Hyuga, que normalmente era reservada, intentó romper el hielo.

— H-hola, soy Hinata...

— Hola. Me llamo Sai  —respondió con tono monótono y casi aburrido.

El silencio volvió a caer, y Hinata sintió que las palabras se le escapaban. Miró alrededor, en la oscuridad, esperando que la conversación comenzara a fluir. Su acompañante, por otro lado, parecía distante y poco interesado en hacer un esfuerzo para conectarse.

Decidió intentarlo de nuevo, quizá el chico era más tímido que ella.

— ¿Q-qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

— Dibujar.

— Oh, eso suena interesante. ¿Qué tipo de cosas sueles dibujar?

— De todo un poco.

El silencio se alargó de nuevo. La peliazul intentó pensar en algo más para decir, pero el chico no parecía dispuesto a contribuir a la conversación. Así que ambos se dedicaron a comer el nuevo platillo, que consistía en un sándwich. 

El ambiente incómodo hizo que los cinco minutos se sintieran eternos.

Finalmente, el personal se acercó para informarles que el tiempo de la cita había terminado. Hinata se despidió de Sai con una sonrisa tímida que él ni nadie vio, sintiendo que la cita había sido más una prueba de paciencia que de conexión. Mientras sentía que el chico se alejaba, se preguntó si la próximas experiencia sería también así, bueno, al menos hubo dos que disfrutó.

"No tienes nada que perder", le había dicho Ino antes "Es solo una cita. Si no funciona, al menos habrás salido de la rutina". 

Respiró profundamente antes de que sintiera a su nueva cita llegar a su mesa.

—Buenas noches —dijo una voz masculina suave pero firme.

—B-buenas noches —respondió Hinata, un poco cohibida.

Hinata notó que él hablaba con una calma y elegancia que la hizo sentir cómoda casi de inmediato. La voz del chico era tranquilizadora, llena de confianza, y pronto se encontró sonriendo entre la oscuridad.

—Me llamo Toneri —dijo él en un momento de la conversación, con la misma serenidad que lo había caracterizado desde el principio.

—Toneri-san... Es un nombre muy bonito —murmuró, sin poder evitar imaginar cómo sería su rostro—. Me llamó Hinata.

—Gracias, Hinata-san. Es un placer hablar contigo. No puedo evitar pensar en lo interesantes que son estos encuentros en la oscuridad. La falta de visión nos obliga a escuchar realmente a la otra persona, a profundizar más allá de lo superficial —comentó, con un tono reflexivo.

Hinata asintió, aunque sabía que él no podría verla. Estaba de acuerdo. Sentía que, sin las distracciones de las miradas, podía enfocarse mejor en las palabras y los pensamientos.