NARA SHIKAMARU

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Disclaimer: los nombres de los personajes que aparecerán pertenecen a Masashi Kishimoto, creador de Naruto, todos los derechos de autor son para él. Yo sólo los uso para crear esta historia :)

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Los siguientes dos chicos, aunque amables, no dejaron una impresión duradera en ella. El primero, fue otro joven hablador y algo nervioso, parecía más concentrado en impresionar que en tener una conversación genuina. Hablaron durante los cinco minutos, pero cada respuesta de él parecía más una presentación que un diálogo.

El siguiente chico fue algo mejor. Era simpático, pero la conversación fue superficial, girando en torno a temas sin mucha profundidad. Después de otros cinco minutos, la charla terminó.

Ahora solo le faltaba uno más y con eso terminaría su noche allí.

Para ese punto, la comida era lo de menos, así que realmente ni siquiera probaba lo que le ponían en su plato.

Cuando escuchó los pasos arrastrados y el suspiro pesado de quien se acercaba, algo en el aire cambió.

—Uf, qué fastidio... —murmuró la voz del chico al sentarse frente a ella, dejando caer su peso en la silla como si fuera lo último que quería hacer esa noche—. Esta noche ha sido realmente agotadora —dijo una voz grave, claramente cansada.

Su última cita había llegado, pero parecía estar cansado antes de siquiera comenzar.

La Hyuga solo curvó sus labios con leve incomodidad, esperando a que él comenzara a hablar. Y a decir verdad, no tuvo que esperar mucho.

—Estoy seguro que también quieres terminar con esto. Así que, voy a ir directo al punto —habló sin rodeos y sin esperar alguna confirmación lanzó la pregunta—. ¿Edad?

Hinata, sorprendida por la rapidez, parpadeó un par de veces antes de responder.

—T-tengo 19 años... ¿y tú?

—21 —respondió él con una ligera pausa—. ¿Altura?

—¿Altura? —preguntó, algo desconcertada—. M-mido 1.60, creo...

—Hmn —parecía pensativo—. ¿Color de cabello?

—Negro, azul... ambos —se trabó con su palabras y es que estaba nerviosa, notando que ese chico iba al grano de una manera bastante inusual. Como si no quería hablar más de lo necesario.

—Ojos. ¿Color?

—Quizá lavanda —respondió, ya un poco más curiosa por el rumbo que tomaba la conversación. Y aunque no podía verlo, ella sintió que él levantaba una ceja. 

—¿Quizá lavanda? —repitió, no quería jugar a las adivinanzas.

—B-bueno... no es un color común y es parte de mi familia —explicó.

—Ah, ya veo. Eso en inusual, pero interesante... —comentó simple— . ¿Trabajas o solo estudias?

—Solo estudio —expresó, empezando a sentir que estaba en una especie de entrevista.

—¿Tienes hermanos? ¿Mascotas? —continuó, sin darle tiempo a procesar cada pregunta.

—Tengo una hermana menor... y no, no tengo mascotas.

—¿Vives sola o con tu familia?

—Con mi familia —respondió ella, su mente girando para seguir el ritmo de tantas preguntas rápidas.

—Interesante... —volvió a murmurar él, como si estuviera procesando toda la información a una velocidad que Hinata no podía seguir del todo. Luego, después de una breve pausa, disparó más preguntas—. ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Te gusta salir o prefieres quedarte en casa? 

CITA A CIEGASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora