La Primera Mordida

Prologó

**Lumos** Juro Solemnemente que no estoy tramando nada bueno **Lumos**

Cuando las cacerías de Brujas y Magos se convirtieron rápidamente en el exterminio de toda una raza a manos de sus contrapartes no mágicas...

No hubo manera de detenerlos.

No hubo forma de hacerles frente.

Y el mundo como se le conocía explosiono en una fuerte onda de poder y poder.

De entre la enorme oscuridad llena de luces y puntos brillantes, entre la bruma y nebulosas... solo una figura se irguió en toda su gloria. Tan brillante como las estrellas gemelas. Tan eterna como una el vacío mismo. Pequeña pero extremadamente poderosa. Una existencia misma que no tenía inicio ni fin. Sus comienzos inmortalizados. Su final nunca llegaría a ella hasta que cumpliera con su cometido, su destino indescifrable.

Cabellos rebeldes y alborotados se elevaban sobre su cabeza ante el poder que zumbaba desde su interior, su piel brillante como arcoíris se tornaba de diferentes colores, unas más brillantes otros más vibrantes, las sombras eran pocas a su alrededor. Sus ojos brillantes y vibrantes se entornaron; y una mueca entre sus labios demostró el disgusto absoluto que sentía.

Mientras permanecía ahí, quieta como una estrella más del universo, presencio el final del mundo que había amado... Las luces y puntos brillantes desaparecieron, el polvo se asentó como una capa débil, y el vacío prevaleció en la oscuridad sin nada más que ella como la única existente fuente de energía.

Todo había llegado a su fin.

El mundo que había amado... y aquellos por quienes se había sacrificado.

Miró al espacio, vacío y vacío, con pena y arrepentimiento, no había perdón que dar ni pedir...

Antes de desaparecer por completo y continuar sus viajes, dio un fuerte soplo de aliento a la brillante luz entre sus manos que había logrado atrapar en un segundo antes de la explosión total, convirtiéndola en una esfera irrompible, y la dejó viajar a su destino elegido en medio del vacío oscuro en la nada del universo mismo.

Era la hija amada, el campeón entre campeones...

En está ocasión nada sería igual.

Antes de desaparecer por completo, dio una mirada al infinito universo con pena. Había dado tanto que estaba renunciado a la esperanza, uno solo podía aguantar hasta cierto límite. Una caricia la hizo sentir calidad, apreciada... amada... y sonrió dulcemente. Por supuesto, había elegido, estaba alegre de la aceptación total que le otorgaron por ello. Agradeció en silencio, rápidamente desapareciendo para unirse a donde pertenecía, a la espera del día del cambio... el día donde podría fortalecerse y liberarse de las cadenas que la esclavizaban.

Esperaba con ansias el día que su pequeña yo estuviera lista para hacer frente al mal del mundo en compañía de su verdadera, única y eterna familia.

Ahora, solo tenía que esperar y ver...

**Magia** [Mordisco Inmortal] **Magia**

El 31 de octubre de 1994, justa la noche cuando las tres grandes escuela más prestigiosas de Europa; Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang, se encontraban celebrando, en el Gran Comedor del Colegio de Hogwarts, la revelación de un campeón, un alumno de sus escuelas, quién participaría representando su Colegio en el organizado Torneo de los Tres Magos... cuando todos estuvieron satisfechos con quienes habían sido seleccionados por el "juez" imparcial, una copa de oro con fuego eterno llamado el Cáliz Dorado... un cuarto nombre salió de la misma, un simple papel roto amarillento con una escritura simple y sin forma real.