Capitulo 1: Nos vamos

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Esto es Berk, esta a doce días al norte de calvario y algunos grados al sur de muere de frío, esta ubicado justo sobre el meridiano de la tristeza. Mi pueblo, en una palabra, tenaz. Ha estado aquí por siete generaciones, pero todas las casas son nuevas, tenemos pesca, caza y una encantadora vista del atardecer, el único problema son las bestias.

Verán la mayoría de los sitios tienen ratones o mosquitos, pero aquí hay dragones. Una guerra de más de trescientos años y contando.

Pero aquí hubo un joven que cambió esto y se hizo amigo de un dragón tras derribaron y cortarle su cola. Una amistad que podría haberle costado la cabeza a ambos, pero lo habían mantenido en secreto durante mucho tiempo, hasta ahora. Una compañera de entrenamiento lo había seguido hasta el escondite y se enfrentaron. Hipo trato de que se llevaron bien, pero esto no funcionó.

Hipo entro en pánico, ver a Astrid irse y correr hacia Berk. Chimuelo se dio la vuelta sin mucho interés en la chica que había huido. — Vamos amigo, no podemos dejar que se vaya, ¡les avisará a todos! — Chimuelo volteo a verlo sin expresión, pero recordó la canasta de pescado y fue saltando a comer. — No es tiempo para correr, es tiempo para... — Hipo vio a Chimuelo y recordó su plan. Tenían que irse antes de que todo empeorará. Jaló la canasta recibiendo un gruñido de protesta por parte del dragón.

— Vamos amigo. — Dijo con un poco de dificultad cargando la canasta a la espalda de su amigo y subiendo a su espalda. A Astrid le tomaría unos veinte minutos volver a Berk, el llegaría ya estaría muy lejos para ese tiempo. En pleno vuelo miró su hogar, pensando en que diría su padre por esto y lo decepcionado que estaría Bocón de él. Su vista se posó en la arena, pensando en lo que hubiera tenido que hacer mañana y de cómo tendría que... matarlos.

— Chimuelo abajo. — Por estas horas no había nadie y podría sacarlos. Chimuelo se quedó alado de la puerta, mientras el se dirigía a la puerta de la entrada. Abrió la puerta y el primero en salir fue el Gronckle, estaba medio adormilado y reaccionó apenas abrió la puerta dispuesta para atacar. Luego vio a Hipo y atrás de él, no había nada, ella recordaba con facilidad a este chico así que se acercó un poco, olisqueándolo hasta llegar a lo que buscaba, hierba de dragón.

Hipo sacó de su bolsillo un poco y lo restregó por su nariz. — Eso es amigo, no quiero hacerte daño. — Hipo dejo que comiera la hierba y fue a la siguiente puerta, aquí estaba el Nader quien lo recibió con una lluvia de espinas que alcanzó a esquivar. Chimuelo corrió al frente de Hipo y rugiendo al Nader. — ¡Wow, wow! Tranquilos, tranquilos. Sin peleas. — Hipo saco un pescado y lo lanzó al Nader, el cual lo agarro en el aire, agitó sus alas con un bramido feliz y comenzó a perseguir a Chimuelo por más pescado.

— Bien, el que sigue. — La puerta se abrió y salieron como serpientes ambas cabezas hacia él, Hipo no hizo ningún movimiento brusco y los dejó salir. Miraron a su alrededor buscando alguna amenaza y al no encontrarla se fijaron en Hipo. — Son libres. — Él Cremallerus se movió por la arena de combate y al notar el pescado en la espalda de Chimuelo se unieron a la persecución con el Nader. Entre esta persecución hicieron caer la estantería de escudos y se pusieron en alerta al ver a los gemelos detrás. — ¡AHHH! — Gritaron abrazándose al verse rodeados de los cuatro dragones quienes estaban a punto de dispararles fuego. Hipo corrió y se puso en medio evitando el desastre.
— ¿Qué están haciendo aquí. —

— ¿¡Qué estás haciendo tú!? — Preguntó Brutacio. — ¿Cómo no te comieron apenas salieron? — Preguntó Brutilda con asombro. — Ah... ¿entreno? —

— Tu no entrenas aquí, venimos todos los días a jugar con las armas después de que Bocón se va a la herrería después de las clases. No mientas Hipo. — Brutilda se levantó y lo empujó con su dedo índice y se alejo cuando los dragones se acercaron un poco a ella. — Esto es increíble. ¿Qué dragón es ese? Nunca lo había visto. — Brutacio se acercó a Chimuelo viéndolo alrededor.

Cómo entrenar a tu dragón. (Au Hipo huye)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora