Capítulo 2: La isla

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Hipo se removió en una hamaca improvisada hecha de una tela sujetada a dos árboles que servían como soporte para un refugio hecho de hojas. Miro a su alrededor confundido. — ¿Cómo llegué aquí? — Se levanto un poco y su amigo dragón lo empujó suavemente, pero de forma alegre indicando su presencia. — ¿Estas bien amigo? — Dijo rascando su cabeza. El sonido de la voz de Hipo hizo que Brutilda lo mirara.

— Hasta que despiertas. — Hipo miró a Brutilda, quien estaba sentada tallando un trozo de madera. — ¿Te sientes bien? — Se levanto y agarro agua de una jarra de madera para dársela. — Si, eso creo... ¿Qué pasó? — Hipo trato de pararse, pero al momento de querer hacerlo perdió el equilibrio y Chimuelo evito que cayera siendo su apoyo. — Oh cierto. -— Dijo Brutilda dándose vuelta y rebuscar entre las hojas, mientras Hipo miró con sorpresa la falta de su extremidad. — Te hice esto. — Brutilda le paso una pata de madera similar a la de Bocón. — Es temporal, por su quieres cambiarla después. —

— ¿Gracias? — Hipo se coloco la pata de madera y camino un poco para acostumbrarse. — Es raro, como si aún tuviera mi pie. —

— ¿Cómo una extremidad fantasma? Que genial. ¿Pollo? — Brutilda le pasó un plato de pollo asado que tomo gustoso. — ¿Y Brutacio? — Brutilda apunto afuera y ayudo a Hipo a caminar.

Brutacio estaba... ¿formando un ejército de terribles terrores? — Bien, todos juntos... ¡Fuego! — Los pequeños dragones hicieron caso y quemaron un objetivo de hojas. — ¡Si! Eso es chicos. Nos vemos, recuerden que por ser pequeños no significas que no sean letales. — Los dragones se dispersaron hacia el bosque e Hipo miró que el cielo estaba lleno de ellos, todos los dragones del nido del muerte roja en esta isla.

— ¿Oye dónde estamos? — Le pregunto a Brutilda. — Volamos todo un día hasta encontrar esta isla vacía, tenía un montón de jabalíes salvajes que gobernaban estas tierras, hasta ahora. También hay conejos, robamos algunas gallinas y ovejas de unas aldeas. —

— ¿Qué hicieron qué? ¿Cómo? — Hipo estaba estupefacto. — La ayuda nos sobro. Además se dice gracias, sin nosotros hubieras muerto ahí. —

— ¡Hipo! — Brutacio se lanzó a abrazar a Hipo. — Amigo mío, hasta que despiertas tienes que ver todo lo que hicimos aquí con los dragones. — Brutacio arrastro a Hipo por una ladera hasta llegar a un pequeño fuerte de rocas y madera. — Comenzamos a crear nuestra propia aldea. Una aldea de Dragones, íbamos a nombrarla isla draconiana. —

— ¿Como hicieron esto en tan poco tiempo? — Pregunto asombrado Hipo.
Los gemelos se miraron el uno al otro, Brutacio se rasco la cabeza y Brutilda agarro una de sus trenzas, ambos tomaron aire antes de hablar.

— Hipo, llevas inconsciente casi tres semanas. — Le dijo Brutacio. — ¿En serio? — Ambos asintieron. — Al principio no sabíamos si vivirías luego de cortarte el pie y cauterizarlo. — Brutilda comenzó a relatar. — Tuvimos que asaltar barcos para conseguir medicina y que no murieras de fiebre. —  Secundo Brutacio. — Después te hicimos ese pequeño refugio y no nos atrevimos a moverte por si empeorabas si lo hacíamos. También Brutilda te alimentaba con sopa de pescado y algunas bayas molidas, que comprobamos que no eran venenosas y con un palo hueco, llamado bambú, que encontramos en un barco tras asaltarlo — Brutacio sacó un bambú pequeño y se lo mostró a Hipo. — Te alimentamos. —

Hipo agarro el bambú y después a los gemelos. — Lamento los problemas y gracias... —

— Puff, para nada. Fue divertido. — Dijo Brutacio con orgullo. Un Cremallerus se acercó a ellos y Brutilda se fue con él. — Esos son Erecto y Guácara, nuestro dragón. Es muy parecido a nosotros. —

— ¿Y qué pasa con los demás dragones?- Hipo miró hacia abajo viendo los pequeños grupos de dragones que se habían formado.

— No interrumpimos mucho en eso, sigues siendo salvajes y atados a la naturaleza, nos siguieron después de la lucha con el muerte roja y se asentaron con nosotros. La isla es grande, pero bastante alejada y rodeada de niebla. Escondite perfecto. —

Cómo entrenar a tu dragón. (Au Hipo huye)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora