Capítulo 6

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Hipo fue despertado por un fuerte golpe metálico en su puerta. Luego recordó que había sido atrapado. — Despierta de una vez. — El guardia siguió golpeteando la puerta hasta que se levantó. — Alvin te llama. — Abrió la puerta y salió por donde se indicaba. Fue llevado a una arena muy similar a la de Berk. Lo empujaron adentro haciéndolo caer, todos comenzaron a reírse y burlarse de él. Ni siquiera cerraron la puerta, lo creían incapaz.

— ¿En serio dijeron que domo a un Furia nocturna? —

— Esta llevando una ropa muy graciosa, parecen un arcoiris. —

— Has caído muy bajo esta vez Alvin. —

— ¡Callense! — Todos guardaron silencio. — Bien chico, si domaste un Furia nocturna... Supongo que no será ningún problema un pesadilla monstruosa. — La puerta del dragón comenzó a abrirse para mostrar un pesadilla monstruosa, tenía bastante cicatrices en su rostro. El pesadilla monstruosa no tardo en prenderse fuego para marcar su dominio y se acercó a Hipo, quien no se movió. El dragón desacelera su velocidad esperando el ataque del vikingo, el comportamiento de este chico se le hacia extraño, no atacaba, no se movía.

— ¿Qué esperas muchacho? ¿Te paralisaste del miedo? — Hipo se acercó con cautela hacia el dragón. — Para domar un dragón hay que tener paciencia, no atacar y ser amigable con ellos. — Dijo un poco alto para que lo oyeran. Puso su palma en el ocico ardiente del pesadilla, no tenía guantes aprueba de fuego así que se comenzó a quemar. El dragón poco a poco dejó de estar en llamas y se dejó tocar. Hipo se movió hacia su costado y fue cubierto por el tamaño del dragón. Se subió hacia su cuello y el dragón corrió hacia la salida, encendido en llamas. —  ¡Cuidado! — Los guardias se hicieron a un lado evitando el paso ardiente del dragón. Aunque algunos fueron golpeados por su colaboración al salir, no alcanzaron a prenderse fuego, pero tuvieron algunas quemaduras. — ¡Traiganlo de vuelta! — 

— Señor, no creo que este vivo después de estar encima del pesadilla en llamas, debió haberse calcinado. — Alvin lo agarro del cuello y lo estrello contra la pared. — Yo lo vi... seguía con vida, montando a ese dragón. — 

El dragón comenzó a dar vueltas por todo el lugar buscando una salida, había otros tres dragones ahí, dos Naders y un Gronckle. Aprovechando la falta de orientación del dragón se bajo rápido a sacarlos. Los marginados no trataron de detener a las bestias enloquecidas y observaron con Pavor al "demonio de fuego" frente a ellos.

Encontraron la salida, Hipo se bajo a abrir el portón mientras los dragones disparaban a quien atreviera a acercarse. Cuando la puerta se abrió se agarro a una de las piernas del nader ya que no esperaron por él al ver su libertad. En el cielo, el pesadilla monstruosa se puso abajo suyo y salto encima, se sujeto a los cuernos para no caerse. El dragón reaccionó prendiendo fuego a su cuerpo, pero a Hipo no le pasaba nada debido al traje de escamas que traía puesto.

— Tranquilo amigo, estamos a salvo ahora. No nos encontrarán. — Hipo palmeo suavemente el cuello del dragón cuando apago su cuerpo. — Sigue derecho y llegaremos a la isla. — Hipo miró al cielo cuando algo helado cayó sobre sus manos, nieve. — Oh, ya estamos en estas fechas. Pronto será intercambio de regalos, me pregunto que me va a dar mi... papá. — Hipo sacudió la cabeza, ya no era bienvenido en Berk, su padre de seguro que lo odia y si acerca podrían decapitarlo. — Bueno que más da. — Murmuro quejándose. A decir verdad comenzaba a extrañar Berk, aunque la gente prefería irse a morir que quedarse con él ahí... Aún así tiene algunos recuerdos gratos, en especial con Bocón, él fue el que más creyó en él, más que su propio padre incluso... A ese vikingo lo extrañaría mucho. Miro hacia abajo y notó que estaba cerca de Berk. Le hizo una seña para ir abajo. Los otros dragones siguieron su camino, supongo que deben tener un lugar al cual ir.

Cómo entrenar a tu dragón. (Au Hipo huye)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora