Glenn Rhee un chico astuto, se encuentra con Clare, una ex militar decidida, en medio de un caos de muertos vivientes. A medida que colaboran para enfrentar desafíos, junto con el grupo a cargo de Rick Grimes.
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Después de compartir una comida con el chico asiático, él se dispuso a poner total atención en la vigilancia que estaba haciendo.
—Glenn, ¿escuchas eso? —le pregunta la pelinegra, a lo que el chico presta atención.
—¿Los gruñidos? —le responde dudoso.
—No, mira —dice señalando una de las calles al otro lado del edificio.
Un hombre a caballo, con un uniforme de sheriff, se veía venir evitando a los pocos caminantes que estaban ahí, lo que él no sabía es que del otro lado de la calle estaba repleto de ellos, y cuando los logró ver ya era muy tarde, eran demasiados.
—No creo que lo logre —dice la pelinegra al ver cómo lo rodean los caminantes. El asiático rápidamente toma su mochila y saca una radio.
—¿Qué haces? Probablemente ya lo hayan mordido —dice ella.
—Se metió debajo del tanque —se empezaron a escuchar varios disparos—. Ahí está. —La chica agarra los binoculares y mira hacia el tanque cuando ve que se cierra la tapa.
—Parece que está vivo —dice devolviéndole los binoculares al asiático.
—¡Oye tú! —empieza a hablar por la radio el asiático—. Idiota... ¿estás en el tanque? ¿Te encuentras cómodo? —Al no recibir respuesta después de varios segundos, se empieza a poner ansioso—. Oye, ¿estás vivo?
—Yo lo vi —dice la pelinegra al chico.
—Hola, ¿hola? —se escucha por la radio.
—Ahí estás, me tenías preocupado —le contesta al oficial dentro del tanque.El chico toma los binoculares y se acerca a orilla del edificio para ver el tanque de lejos.
—¿Dónde estás? ¿Afuera? ¿Puedes verme? —pregunta rápidamente el hombre.
—Sí te veo, estás rodeado por caminantes, esas son las malas noticias —responde y mira a la chica a su lado—. Tenemos que encontrar manera de sacarlo de ahí.
—Hay buenas noticias? —responde; la pelinegra niega al asiático.
—No —le responde después de unos segundos el chico.
—Oye, ¿quiénquiera que seas, no me molesta decirte que estoy un poco preocupado? —dice desesperado el oficial.
—Ay hombre, deberías verlo desde aquí —dice la chica por la radio.
—Te volverías loco si lo vieras desde aquí —le dice el asiático ahora.
—¿Tienes algún consejo? —pregunta el oficial.
—Sí, intenta salir corriendo —responde Glenn, a lo que la chica lo mira con ironía y él solo se encoge de hombros.
—¿Correr? ¿Eso es todo? —responde después de un momento.Los jóvenes se voltean a ver entre sí y arman un plan con solo mirarse como si estuvieran conectados.
